Basurales en Punilla: fuego y contaminación, a mano

Basurales en Punilla: fuego y contaminación, a mano

El incendio en Capilla del Monte reavivó un problema que lleva décadas: la falta de tratamiento de residuos en el valle turístico.

La basura es un problema histórico e irresuelto para el valle de Punilla. El humo flotando con olor nauseabundo por quema de residuos sin ningún tipo de tratamiento es frecuente en muchos pueblos y ciudades de la región que aún descargan sus desechos en vetustos basurales a cielo abierto. Cada tanto, el fuego se escapa y devora todo lo que puede.

Lo mismo ocurre en gran parte de la provincia. Los bomberos suelen reclamar que esos predios son un foco frecuente de incendios rurales que deben apagar.

En Capilla del Monte, un fuego reciente iniciado en su basural municipal tomó especial relevancia: esas llamas generaron el peor incendio en lo que va del año en Córdoba, con 800 hectáreas serranas afectadas, y sus autoridades municipales fueron imputadas por la Justicia.

“Las quemas son frecuentes”Incendios: en alerta máxima, toda la semana

La imputación del intendente Gabriel Buffoni, para un delito que prevé de tres a 10 años de prisión, fue una señal de alerta para sus pares de Punilla, que comenzaron a reflotar alternativas y viejos proyectos para que la región tenga alguna solución para su basura, por décadas demorada.

Cuando todos miraban a Capilla del Monte por el fuego reciente, el intendente Buffoni advertía que también se había encendido el basural de La Cumbre, aunque sin descontrolarse, y vecinos avisaban que los humos son frecuentes también en el de Cosquín.

El mapa, en realidad, muestra que la mayoría de las localidades del turístico Valle de Punilla sigue arrojando sus residuos en contaminantes basurales.

La derivación judicial del caso tiene un antecedente: en 2010, la Fiscalía de Cosquín ordenó la detención del intendente de Los Cocos, a quien imputó por el incendio que desde el basural municipal se expandió a la zona. Al igual que ahora con Capilla del Monte, el jefe comunal de Los Cocos había sido advertido por la Policía Ambiental de la Provincia para que cesaran las quemas.

Un paso adelante

El enorme basural de Carlos Paz lleva décadas siendo un problema y los humos por quemas sin control son motivo de quejas constantes. Pero una salida parece inminente: la mayor ciudad de Punilla, más su vecina Malagueño y otras ocho pequeñas comunas cercanas ya no arrojarán sus desechos sin tratamiento en ese predio, porque está a punto de ser inaugurado el Centro Ambiental, a la vera de la autopista a Córdoba.

El viejo basural se está remediando, tras 50 años acumulados de acopio, y antes del próximo verano se habilitará la nueva planta de tratamiento, que separará los residuos por reciclar y dará un destino de enterramiento al resto. Será un avance para el sur de Punilla, concretado con fondos que giró la Nación.

Mientras, en el centro y norte del valle, los basurales dominan la escena, salvo en La Falda y Villa Giardino, que trabajan con recolección separada y luego trasladan los excedentes (que no pueden vender para reciclar) al sistema de enterramiento de Córdoba capital. Ambos suman costos de tratamiento y de fletes, pero se evitan otros problemas.

La Cumbre, en tanto, tiene su propio predio de enterramiento, con alguna clasificación previa, con la que evita al menos la carátula de basural a cielo abierto.

Valle Hermoso también intenta enterrar en su propio basural.

El amplio resto está por detrás, simplemente arrojando sus residuos sin control alguno.

 

Impacto. Cerca de Cosquín, un enorme basural para siete localidades. (La Voz)

 

Volver a empezar

Matías Montoto, intendente de Huerta Grande, reconoció que es “una problemática grave” y que no encuentra solución en el corto plazo. Planteó que la salida sería un vertedero regional para todo el centro y norte de Punilla.

“Estamos viendo qué hacer, los intendentes estamos expuestos porque no hay un lugar controlado”, asumió Montoto. “Existieron fondos provinciales años atrás para realizar una planta como corresponde, pero por culpa de algunos, que se hacen llamar ambientalistas, no se logró”, apuntó.

El proyecto en cuestión surgió en 2010 tras un enorme incendio iniciado en el basural de Los Cocos, que arrasó más de siete mil hectáreas serranas.

“Ahora estamos buscando una reunión con la Secretaría de Ambiente de la Provincia para retomar ese proyecto en Tres Campanas, un sitio alejado de zonas urbanas y donde los socavones hechos para extraer granito son ideales para un relleno sanitario”, expresó Montoto.

Ante aquel proyecto, grupos ambientalistas y de vecinos plantearon objeciones al lugar elegido y al modelo propuesto de concentrar la basura en un sitio.

El predio que la Provincia proponía, de una vieja cantera, está ubicado en terrenos que son propiedad de la Fundación San Roque, en la Pampa de Olaen.

Unos años antes, la Provincia construyó un vertedero en Cruz del Eje, para que sea el destino de los residuos de esa región y del norte de Punilla. Pero nunca se utilizó: ninguna localidad aceptó hacerse cargo de los fletes.

“Iba a pasar”

Néstor Cuello, jefe comunal de Villa Parque Siquiman y actual presidente de la Comunidad Regional Punilla, apuntó que ahora insistirán con aquel proyecto de 2010. “Ambiente hizo en su momento los estudios para determinar los lugares factibles para las plantas de transferencia y la de disposición final”, señaló, y recordó que la Provincia se comprometía a financiarla.

“Los intendentes ya habían firmado el acuerdo pero los ambientalistas se opusieron y el proyecto quedó en un cajón”, recordó Cuello. “Esa plata se fue al valle de Calamuchita, y ellos ahora tienen su planta regional de tratamiento y nosotros no”, agregó.

“Tarde o temprano pasaría de que íbamos a pagar caro eso, que había quedado inconcluso. Le tocó al intendente de Capilla del Monte”, razonó Cuello.

Uno grandote

Un enorme basural a cielo abierto cercano a Cosquín está, en realidad, en jurisdicción de nadie. Es una “zona gris”, que no corresponde a ningún ejido municipal, pero recibe los desechos de siete localidades de Punilla.

“Es un predio privado, el dueño le cobra a cada municipio y a particulares para descargar allí”, apuntó Gabriel Musso, intendente de Cosquín, una de las localidades que lo usan. Las otras son Bialet Massé, Santa María, Huerta Grande, Siquiman, Santa Cruz del Lago y Casa Grande.

El fiscal Martín Bertone, que inició la causa por el fuego en Capilla del Monte, receptó días atrás una denuncia penal en contra de Musso por ese basural. “Enterado de esa denuncia, le pedimos al fiscal una mediación, puesto que con los demás intendentes ya habíamos firmado un acta para colaborar con la limpieza del predio”, acotó Musso.

Para el intendente de Cosquín, la solución definitiva sería un vertedero regional, como tienen algunas regiones cordobesas. “Estamos en tratativas con la Provincia, todos los intendentes ahora juntos”, señaló.

Las imputaciones por lo de Capilla del Monte ahora queman.

La Falda: reducir antes de enterrar

La ciudad separa un envío de lo no reciclable a la Capital.

Para el intendente de La Falda, Eduardo Arduh, la solución sería construir dos plantas de transferencia y un enterramiento sanitario para el centro y norte de Punilla. Asegura que en su ciudad no hay basural. “Tenemos una playa, porque hacemos recolección diferenciada en el 60 por ciento de la ciudad, y se recicla todo lo posible. El resto lo llevamos a enterrar a Córdoba capital”, indicó. Ahora apuestan a crear una planta de compostaje de lo orgánico, para reducir más lo que envían “afuera”.

La Policía Ambiental intima por quemas

No están permitidas en ningún basural de la provincia.

Adrián Rinaudo, jefe de la Policía Ambiental de la Provincia, señaló que cuando se detectan quemas en basurales notifican a los municipios para que los eviten y controlen. “En algunos observamos que responden y en otros no”, apuntó. Marcó que son más inflexibles en regiones que cuentan con vertederos regionales (como Traslasierra, Calamuchita y el extremo sur provincial), donde directamente no permiten la existencia de basurales municipales. Pero la mayor parte del territorio cordobés no cuenta con plantas de tratamiento.

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