Un basural descontrolado que sigue enfermando

Un basural descontrolado que sigue enfermando

Como en sus peores momentos, la semana pasada continuaron los focos de incendios con potentes columnas de humo. Lejos del saneamiento al que hizo referencia Luciani, el predio de la Ruta 192 presenta un estado crítico. Para los vecinos de barrios aledaños la pesadilla sigue. Relatos que expresan lo que significa vivir entre la contaminación.

 

Tres semanas de humo. La síntesis de un nuevo descontrol en el Basural Municipal que cada tanto hace eclosión y perjudica seriamente la rutina de los vecinos que conviven con la contaminación. La salud se resquebraja.

Lejos de las afirmaciones auspiciosas que el intendente Oscar Luciani formuló en la apertura de sesiones, la disposición de basura en el predio de la ruta 192 volvió a desmadrarse. Y justo en el sector que el jefe comunal destacó como saneado.

El mes pasado, EL CIVISMO advirtió que la zona anteriormente despejada y rellenada se encontraba nuevamente cubierta de desechos de toda especie. Semanas después, pasó lo de siempre: frondosas columnas de fuego desataron un incendio que se mantiene desde entonces, con pequeños intervalos que otorgan algún mínimo respiro a los vecinos.

La situación no es nueva. Pero esta vez, en varias ocasiones durante las últimas tres semanas, los efectos del Basural llegaron a barrios completamente alejados, como El Trébol y el Sarmiento. El miércoles a la noche, mientras concluía el feriado por el Día del Trabajador, la ciudad respiró un humo con olor putrefacto, marca registrada de La Quema.

Después de mucho silencio, la Municipalidad decidió comunicar algo. El tono de la gacetilla fue repetido, como los problemas que provoca el Basural. Culpó a terceros no identificados por los incendios. Informó que “se trabaja para sofocar incendios y preparar plateas de tratamiento de residuos”. Agregó que “ante nuevos incendios intencionales ocurridos en el basural municipal entre ayer y hoy (por martes y miércoles), personal de la Secretaría de Infraestructura, Obras y Servicios Públicos, junto con Defensa Civil y Bomberos Voluntarios de Luján trabajan en la zona”.

“Todos están abocados en sofocar los incendios provocados intencionalmente e intensificar las tareas para despejar el área donde se planea ejecutar la platea para la construcción de la planta de separación y reconversión de residuos”, explicaron.

Así como el Departamento Ejecutivo recurre a una supuesta intencionalidad en la generación de fogatas, en los barrios aledaños las sospechas apuntan al propio Municipio. Hay quienes aseguran que los recurrentes incendios de las últimas semanas fueron generados para reducir el volumen de basura, despejar algunas zonas y continuar con las descargas. Lo ocurrido con el servicio de recolección suma argumentos a esa teoría (ver “Complicaciones para volcar los residuos”).

Al margen de especulaciones, las afirmaciones oficiales no hacen otra cosa que mostrar un incumplimiento: aquel referido a la colocación de cámaras de seguridad y alambre perimetral para garantizar un mejor control del predio. Las promesas se cumplieron muy parcialmente y el Basural es zona liberada.

EL IMPACTO

Vivir tapado de humo no es solamente una molestia. La dinámica de lidiar con un basural a cielo abierto impacta negativamente en la salud. Dialogar con vecinos del barrio San Pedro significa encontrarse con cuadros respiratorios que se repiten.

Si bien no se conoce ningún estudio que indique el efecto concreto que La Quema genera en la salud, a mediados del año pasado el secretario del área, Ricardo Curone, sinceró algunas situaciones que en los barrios adyacentes se conocen bien. La información expresada por el funcionario se basó en un relevamiento preliminar con eje en la atención primaria y los centros que funcionan en los barrios San Pedro, San Fermín y La Loma.

“Lo que hicimos fue tomar un primer dato cualitativo, que fue la situación de vulnerabilidad que se tiene en la zona de Los Santos”, explicó. Curone habló de “cerca de 40 patologías directamente vinculadas a las condiciones de vida que tienen que ver con un basural cerca”. Y especificó que “la mayoría de esas enfermedades son por temas respiratorios, dermatológicos, gastrointestinales y reumáticos, en el caso de gente grande”. Pero aclaró que “hay muchas más, como el tema de zoonosis que se trasmiten a la gente, un montón de cosas que pueden complicar”.

El secretario de Salud habló de una mayor incidencia en esos barrios que en otros, en un porcentaje estimado del 40 por ciento. Y en época de otoño e invierno, con una preeminencia de patologías respiratorias.

“El segundo efecto, que no está medido pero que surge como conclusión, es la cronicidad de algunas patologías. ¿Qué quiere decir? Patologías que pueden ser abordadas, solucionadas y atendidas en un determinado momento y que ves que los mismos pacientes año a año repiten o tienen esa vuelta de la patología que las convierte en crónicas. Eso lo podemos llegar a medir. Lo estimé en un 50 por ciento, sobre todo en temas respiratorios. Esto está para confirmarse con datos estadísticos”, expuso hace un año.

Curone fue claro al momento de plantear soluciones: “Mientras esté el Basural es muy poco lo que se puede hacer, porque el único remedio efectivo es que el Basural deje de estar donde está. Y que podamos contener hacia futuro. Lo que ya está declarado, hay que dar la oportunidad para que esas patologías no vuelvan. ¿Cómo lo vamos a saber? No teniendo más el Basural, porque mientras esté ahí y afecte es muy difícil que podamos mejorar las estadísticas”.

Aquellos resultados provisorios se expresan en los testimonios de los vecinos. Abundan las enfermedades respiratorias y con una frecuencia que preocupa. Nadia vive en la calle Las Palmeras, con la mala fortuna de que sus ventanas apuntan al Basural. “En este momento tengo mis cinco hijas con mucha tos, debido al clima y a la cantidad de humo que hay de noche. Tengo una nena con problema oncológico que está con antibióticos desde hace dos meses”, contó.

La vecina comentó que la dinámica de las últimas semanas se ha resumido en humo con olor muy feo. “No se puede vivir así”. Su nieto ya va por el tercer broncoespasmo. Deberá recurrir a un especialista. “En el Hospital me dijeron que es por el clima y se agrava por el Basural. Ahora lo mandaron a un neumonólogo porque su problema de salud es continuo”, completó.

Nadia señaló que los momentos críticos son al despertar y al acostarse. En las noches el humo se vuelve una presencia invisible en el interior de los domicilios. Está cansada, harta: “Ya no se puede vivir así. Los principales problemas, desgraciadamente, son respiratorios. El tema del humo es caótico. Lo que más perjudica es el humo y los problemas de salud que genera”.

Los vecinos están a merced del viento. A veces los salva. En otras oportunidades, los condena. Una mujer que vive en el San Jorge, y que ocasionalmente se encontraba en el barrio vecino, habló sobre su hijo de cuatro años. “Un día de mucho humo mi nene comenzó a cambiar la coloración, como que le faltaba el aire. Estaba dentro de casa. Nos fuimos a una clínica en Capital”. Había tenido una crisis respiratoria. Desde entonces, si la columna grisácea cruza la Ruta 192, sabe que debe mantener al chiquito dentro de la casa. “Lo tengo que encerrar en casa y poner en las ventanas toallas húmedas para que no entre humo. Es horrible el olor que hay. Y automáticamente le tengo que hacer nebulizaciones”.

Rosana sabe que vive en una zona de riesgo. Un trauma familiar la despertó y pide a sus vecinos que tomen conciencia. Su hijo más chico fue diagnosticado con leucemia: “Se la diagnosticaron hace dos años. Estuvo seis meses de tratamiento, con quimioterapia. Yo siempre miraba para el costado con este tema del Basural. Hoy pensaba eso, que cuando no te pasa nada directo, hacés como que no existe. Si bien muchas enfermedades no son exclusivas de acá, no es raro suponer que se amplifican por el Basural. Acá hay una realidad. Hay chicos que se enferman con mucha frecuencia”, reflexionó.

Otro de sus hijos, de ocho años, tiene problemas en los bronquios. Rosana contó que el pequeño “se enferma seguido, estuvo dos veces internado”. Insistió con no mirar para otro lado. “Algo está pasando, no podemos seguir mirando para el costado, debemos ser conscientes del problema que tenemos”.

“A la madruga el humo es constante. ¿Que alguien me explique si a los chicos esa inhalación constante no les hace mal? Acá hay una realidad, el Basural enferma. Si hacen un censo, creo que hay un porcentaje alto de chicos con problemas de bronquios. El día que le diagnosticaron leucemia a mi hijo quedé bloqueada. Para mí fue una toma de conciencia, por eso te estoy diciendo esto”, repitió.

Sergio Almada es presidente de la sociedad de fomento del San Pedro. Y también uno de los referentes de la lucha que busca la reconversión del predio, con la debida inclusión de los trabajadores informales. Su apuesta beneficia a todos: a los vecinos para que dejan de enfermarse y a los recolectores para que continúen con su trabajo en condiciones dignas. 

Su lucha colectiva se explica en un drama individual, como le ocurrió a otros vecinos. “Mis nietas son enfermas crónicas de los bronquios, están continuamente con el aerosol”, contó, pero aclaró que la disposición de basura a cielo abierto genera también otros inconvenientes.

Todavía recuerda una anécdota que lo empujo a redoblar los esfuerzos para conseguir la reconversión del Basural. Cuando una de sus nietas fue atendida en Mercedes, la especialista les recomendó a sus padres que dejaran de fumar dentro de la casa. Pero nunca habían recurrido al vicio del tabaco. La médica no tardó en deducir que el humo que enfermaba a la nena provenía de otro lado.

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