Un basural a cielo abierto pone en riesgo a la zona noreste de Resistencia

Los camiones que descargan las bolsas son municipales. Los vecinos reclamaron varias veces y no le dieron respuestas.

Un sector más de Resistencia levantó su voz de queja por la basura. Esta vez fueron los vecinos del barrio Luz y Esperanza, quienes pidieron urgentes medidas para solucionar los problemas que causa el basural a cielo abierto que se formó en el lugar.

El vecindario está ubicado inmediatamente después del coqueto barrio que se levanta al costado de la avenida Rissione, recientemente pavimentada por la Municipalidad. Es la zona noreste de la ciudad a la vera del terraplén.

Una cuadra después de que termina el pavimento, hay un cartel que avisa que en el lugar se pueden descargar escombros, tierra y barro, espacio que no agrada pero no molesta. Pero unos 200 metros después, frente a las 128 Viviendas hay un gran descampado donde diariamente descargan basura camiones recolectores. Las casas y el basural sólo están separadas por un terraplén.

miedo y promesas

Ricardo Ayala, quien vive en Luz y Esperanza hace seis años, a este matutino que ante el descampado era bajo, había lagunas pequeñas y los vecinos utilizaban el espacio como ladrillerías, «todavía hay algunos restos de los ladrillos», dijo. Describió que en la actualidad el espacio es más alto, ya que se fue rellenando con la basura. Afirmó que la descarga la realizan camiones municipales o contratados por la Municipalidad para tal fin y que a causa de esto, carros y vehículos particulares imitan las acciones, donde además aseguró que al menos son 30 los camiones que diariamente llegan a descargar.

El vecino manifestó su preocupación por la inminente llegada del calor y la propagación del dengue, «no hay cuidado con las cosas que se tiran y se criarán mosquitos», explicó su temor. Además detalló que hay muchísimas moscas que nacen en la basura «son insoportables, no te dejan en paz», dijo.

El triste paisaje del que los vecinos están cansados, se completa con el olor que emana el basural y hace que la vida en el barrio no sea agradable, «en el verano es mucho peor», aseguró Ayala. Además señaló que los perros del lugar se meten a revolver las bolsas, «están todos sarnosos», afirmó.

Asimismo el vecino, que tomó la posta de los reclamos, describió que el barrio en su interior es limpio, ya que los habitantes del lugar no quieren vivir en la mugre. Pero comentó, también a modo de queja, que los recolectores no pasan por las calles del Luz y Esperanza y por lo que ellos mismos juntan los residuos en cierto lugar y dos o tres veces por semana los queman. Como testigo de sus palabras mostró su mano herida durante una fogata por maniobrar una computadora vieja.

compromiso

Ante esta situación y cansados de que los funcionarios municipales no respondan sus reclamos, Ayala tomó contacto con el ministro de Economía, Eduardo Aguilar, donde el encargado de la cartera económica y precandidato a intendente por el PJ, se comprometió a parquizar la pequeña laguna que hay en el centro del barrio y a crear un espacio verde que sirva como lugar esparcimiento. Pero no pudo darle posibles soluciones respecto del basural.

Comentá la nota