Los docentes y padres maniobran como pueden hasta el establecimiento ubicado detrás de la Terminal de transporte urbano de pasajeros de ese barrio. Las grietas son una trampa para quienes intentan acceder al establecimiento educativo. Si bien los últimos tramos están pavimentados y hay una vereda perimetral, una vez que termina la cuadra del edificio escolar, la calle es intransitable.

Padres y personal de la escuela han hecho los reclamos pertinentes ante las autoridades, pero pasan las semanas y la situación sigue igual.

Como si eso fuera poco, además, al costado de la escuela se ha formado un basural clandestino donde hay quienes arrojan todo tipo de residuos. Desde pañales a carrocerías de autos oxidadas se acumulan sobre lo que debería ser la vereda de la escuela.

Más allá de la falta de conciencia de quienes eligen este lugar para deshacerse de lo que no les sirve, la comunidad educativa señaló su preocupación por la falta de respuestas que tienen. Apelaron a que las autoridades, especialmente la Secretaría de Medio Ambiente, colaboren con la limpieza de los elementos más pesados para poder mejorar no solo la imagen del lugar sino las condiciones de salud e higiene a las que a diario se enfrentan niños, adolescentes y adultos que concurren a esta institución.

Por otro lado, solicitaron que las tareas se complementen con un repaso con máquinas viales para permitir que lleguen los alumnos y los docentes a clases sin perder el vehículo en el intento.