Basualdo no colgó el sueño de ser gobernador

Basualdo no colgó el sueño de ser gobernador

Si decidiera insistir en 2019 sería su quinta vez, pero la primera con un escenario que hasta ahora nunca le tocó: el gobierno nacional a favor. 

Se lo ve entusiasmado como la primera vez. Hiperactivo. Asistencia perfecta en todas las caminatas de campaña. Agenda de medios totalmente cubierta. Y vínculo directo con el poder como nunca antes le tocó. Así transita Roberto Basualdo sus días rumbo a las primarias del 13 de agosto para renovar la banca de senador, sin archivar el sueño de ser gobernador.

 

Es verdad, puede sonar prematura la idea, a dos años de la contienda electoral de 2019. Pero el propio senador se cuenta entre los nombres potenciales de su espacio para disputarle al oficialismo justicialista la conducción del Poder Ejecutivo, bajo condiciones que nunca antes le tocaron.

 

Porque el ex piloto de automovilismo y empresario próspero, desde que se separó del PJ fue candidato a gobernador en cuatro ocasiones, siempre contra el poder de turno en la Provincia y la Nación. Y acaso con algún municipio a su favor para compensar una contienda desigual desde donde se la mire.

 

En 2003 jugó contra José Luis Gioja, apadrinado por el ya presidente Néstor Kirchner. En 2007 se repitió el esquema. En 2011 otra vez. Y en 2015, aunque el candidato fue Sergio Uñac, el pocitano también contó con todo el respaldo de los oficialismos alineados en Desamparados y Balcarce 50.

 

El refrán de “le tocó bailar con la más fea”, aplica a esta trayectoria de candidaturas en las que Basualdo, no obstante, logró consolidar su lugar de primera minoría sin que ninguna otra expresión de oposición lograra desbancarlo. Y no es que no lo hayan intentado, hasta el cansancio.

 

En estos días de euforia de campaña, el senador se permite reflotar el sueño de convertirse en gobernador. No porque a Uñac le esté yendo mal. De hecho, el pocitano goza de buena imagen y recién transita su primer mandato, quedando habilitado para ir por la reelección. Pero por primera vez Basualdo siente que la contienda podría darse con mejores condiciones de competitividad, por usar un término de moda.

 

Cuenta para ello con que el gobierno nacional empiece a mostrar resultados exitosos de las medidas económicas y políticas aplicadas en la primera parte de la gestión, muchas de ellas ingratas con los sectores populares. Basualdo entiende que se trata de decisiones que permiten sentar las bases sólidas de la generación de empleo y que tarde o temprano el efecto llegará a la gente.

 

Aún en conversaciones fuera de micrófono, el senador se convierte en un enérgico defensor del modelo. Sostiene que este era el único camino de recuperación de la economía. Que en el caso contrario Argentina estaría sumida en una crisis comparable a la de Santa Cruz. Que si están ingresando productos importados, como el vino, es porque por primera vez en muchos años hay precios atractivos en el mercado interno. Y que aún la situación de la fábrica de mazos de cables de Itec debería revertirse en el corto plazo porque Nación estimula con menos impuestos a las automotrices que compren autopartes de fabricación local.

 

No imposta una actitud de simpatía con el modelo macrista. Lo levanta como bandera. Y pone como ejemplo su eterno proyecto de promoción de pymes, que durmió en comisión durante años hasta que se convirtió en ley cuando llegó el cambio.

 

Tampoco hay que entender que dentro del Frente Cambiemos por San Juan se está hablando de candidaturas para 2019. Pero el tema surgió lateralmente cuando alguien reparó en las apariciones públicas, en las caminatas de campaña, del intendente santaluceño Marcelo Orrego. Dirigente de alta aprobación en su distrito, algunos comenzaron a especular con su proyección para dar el salto a la provincia en un par de años.

 

Como está impedido de ir por un tercer mandato consecutivo en su municipio, en voz baja sus colegas de Producción y Trabajo y del espacio que abarca a ACTUAR y a los bloquistas disidentes, además del PRO, la UCR y Dignidad Ciudadana, de vez en cuando lo imaginan aspirando a suceder a Uñac.

 

Pero el propio jefe comunal se ocupó de sacarse de encima la presión. Y entre otros argumentos, expresó: “Si me preguntás quién es el mejor candidato a gobernador, yo te voy a contestar que sigue siendo Roberto”. Orrego, as de espadas en Producción y Trabajo y considerado amigo por el senador, entiende que Basualdo sigue siendo un hombre joven y con posibilidades reales de acceder al poder.

 

Pero el de Orrego sigue siendo uno de los nombres frecuentes en las conversaciones de café. Eso es innegable. También el de Basualdo. Y el tercero que empieza a aparecer en escena viene del Oeste, el intendente de Rivadavia Fabián Martín, aunque recién transita su primer mandato y, por pura lógica, buscaría reelección en su distrito.

 

Falta tanto que parece aventurado semejante cadena de conjeturas. Sin embargo, es el mar de fondo de las elecciones legislativas.

 

Comentá la nota