Barrio Laprida: casas y monoblocks en 4 etapas

Barrio Laprida: casas y monoblocks en 4 etapas
Pegado al Bancario, nació en los ‘50. Los departamentos se levantaron en los ‘70. Julio Cobos y el intendente Cornejo, entre sus reconocidos vecinos.
Dentro de la jurisdicción de Villa Hipódromo, uno de los barrios importantes es el Laprida.

Tradicional enclave de clase media, es una barriada que habitan por los menos 4.000 personas, pegada a otro conglomerado muy destacado de Godoy Cruz, el Bancario.

El Laprida está constituido por casas de planta baja, tradicionales, de 2 ó 3 dormitorios, algunas remodeladas con el paso del tiempo, y dos grupos de departamentos en propiedad horizontal, los monoblocks I y II, que le dan un sello particular a la vecindad.

La historia barrial fue retratada por una entrañable vecina, Ofelia Bianchi, en el libro "Godoy Cruz, historias barriales contadas por sus protagonistas", producción de la Biblioteca Municipal Manuel Belgrano.

En esa obra, Ofelia -creadora a su vez de la desaparecida biblioteca "Alas de América- señala que el Laprida se gestó a partir de los años finales de la década del '40 y comienzos de los '50, en zonas de viñas y descampados. Uno de los viñedos se llamaba "Las 40 hectáreas". Eran tiempos de la segunda presidencia de Juan Domingo Perón. Se iba a llamar Evita, pero tras el derrocamiento de Perón recibió el nombre con el que lo conocemos.

La construcción se dividió en 4 etapas. La primera comprendió las viviendas con frente al oeste, en calle Hungría, y las manzanas entre Cabildo Abierto, Hungría y Paso de los Andes.

La segunda parte correspondió a las manzanas al norte de la calle Derqui, y la tercera a las unidades habitacionales ubicadas entre las arterias Derqui, Hungría, Cabildo Abierto y P. de los Andes.

La ejecución de los monoblocks constituyó la 4ta etapa y se corresponde con los años '70. El vecino Alejandro Fitippaldi, quien es administrador del sector II de esos edificios en altura, comentó que la primera parte de estas edificaciones datan de 1970, y se sitúan entre 20 de Junio, Cabildo Abierto, Hungría y Mármol, y van de la letra A a la E. Son 60 departamentos.

El otro cuerpo, entre Derqui, Hungría y la plaza Sargento Cabral, se levantó en 1971 y lo ocupan 240 familias. Los monoblocks son muy posteriores a otros muy famosos de la ciudad capital, el barrio Cano o Casas Colectivas.

"Cuando nos vinimos a vivir aquí, hacia el oeste todo era campo; ahora estamos rodeados de gente y nos vemos obligados a estar enrejados", señala Nélida Pizarro (82), esposa de un hombre del fútbol mendocino, el masajista Juan Prudencio Pacheco, quien hoy cumple 82 abriles. "Pachequito", como le decían en el ambiente deportivo, trabajó en instituciones como Luján Sport Club, Andes Talleres, Maipú, Jorge Newbery, Independiente Rivadavia y Chacras de Coria.También pasó por la administración pública, como notificador del Ministerio de Economía. Esta pareja se radicó en la zona en 1955, y por tal razón son considerados vecinos fundadores. En 2015 alcanzarán 60 años de unión matrimonial.

Otro hombre del balompié local con residencia en la zona fue Daniel "el Gato" Oldrá, coordinador de fútbol de Godoy Cruz, ex jugador y ex director técnico del Tomba. El deportista ocupaba uno de los monoblocks, donde ahora vive su madre.

Un vicepresidente

En Hungría y Pedro I. Anzorena, vivió muchos años la familia que formó Fermín Cobos, quien fue empleado de la Dirección de Rentas del Gobierno de Mendoza. Uno de los integrantes del clan, Julio Cleto Cobos, jugó allí de pibe por las veredas y calles del conglomerado, fue a la cercana escuela Avelino Maure y también partía desde ese domicilio para cursar en el Liceo Militar General Espejo. El ex gobernador de Mendoza y ex vicepresidente de la Nación tiene recuerdos muy cálidos su pasó por la barriada. Los Cobos se mudaron del barrio hacia 1983.

No lejos de la casa paterna de Cobos, está el actual domicilio del intendente de Godoy Cruz,

Alfredo Cornejo, sobre la calle Hungría. "Vivo en el sector desde 1999; mis hijos fueron a la Maure; es un barrio de clase media, muy típico de Villa Hipódromo", señaló el jefe comunal, quien en los fines de semana o feriados suele "habilitar" un despacho en su hogar para atender los pedidos de la vecindad y otros pobladores.

La escuela del incendio

El barrio también cobija a la noble escuela 1-408 República del Perú, vandalizada hace 2 semanas por desconocidos que quemaron 2 aulas.

Frente a este establecimiento y su vecino en la educación juvenil, el colegio secundario Mahatma Gandhi, la Municipalidad godoicruceña construyó un espacio verde, bautizado con el nombre de un joven de la zona, Emilio Gabriel Bullaude, fallecido en 2012 a consecuencia de una cruel enfermedad. Ese sitio es agradable y merece ser cuidado ("recuerda a un muchacho luchador y valiente", nos dijo una vecina). El comentario viene a cuento de un vandalismo que no termina de erradicarse y que malogra la infraestructura comunitaria.

Es una constante desafortunada en muchos barrios del Gran Mendoza, y el Laprida no se evade de esa perniciosa realidad. La vecina plazoleta Tropero Sosa da cuenta también del daño intencional. El busto allí emplazado, que recuerda al gaucho que ayudó al general San Martín, fue manchado con pintura negra.

Carlos Roco (65), el librero del lugar, hace votos por la pronta recuperación de la escultura.

También frente al espacio verde de calle Paula Albarracín vive Judit Argentina Castro (83), ex docente de la escuela Guillermo Rawson, originaria de la Zona Este.

"Con mi esposo tuvimos suerte porque nos tocó una esquina, lo que nos posibilitó ampliar la casa", señaló la educadora, cuya vocación por la educación de los niños fue continuada por su hija, Judit Huici, quien trabaja en la Perú. La maestra mayor recordó su amistad con el ex jefe de Fotografía de Los Andes, Pedro Suzarte, quien registró en más de una oportunidad a los alumnos y docentes de la Rawson.

Dos amigos que están muy contentos de vivir en esta parte de Godoy Cruz son Raúl Peluso (65) y Jonathan Bustos (28). El primero fue repartidor de fiambres, que se instaló en el área cuando tenía 7 años. Ahora se dedica a la mecánica de automotores. Más de uno recordó el sentido solidario que lo caracterizaba cuando vendía embutidos.

El joven Jonathan no es originario del Laprida. Vivió en la Cuarta Sección, pero hace un tiempo está instalado en este vecindario. "Aquí experimenté un gran cambio, me va muy bien en la actividad comercial que hago y como remisero. La mayor cantidad de amigos está por aquí", confesó.

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