"Vayan y voten. Paren esta farsa y pongan fin al shutdown ahora", dijo el presidente estadounidense en su locución semanal de radio y televisión.

"Solo hay una manera de salir de este insensato y perjudicial cierre del Gobierno: que aprueben un presupuesto que financie a nuestro Gobierno, sin ataduras partidistas", agregó.

¿Qué pasó? El martes, por primera vez en casi 18 años, el fracaso de las negociaciones entre republicanos y demócratas en el Congreso para consensuar el presupuesto para 2013-2014 paralizó la administración pública de Estados Unidos (por falta de fondos para financiarla).

El resultado de esa parálisis: más de 800.000 empleados se quedaron en sus hogares, con vacaciones forzadas, y varios servicios públicos fueron suspedidos.

Lo que está por debajo de la disputa es la oposición a la reforma del sistema de salud, que impulsó Obama y que el martes entró en vigor. Un grupo de republicanos ultraconservadores exigió esta semana que la reforma se postergara por un año y, a cambio, aprobarían el presupuesto. La Casa Blanca se plantó en que eso era una extorsión inaceptable.

En la semana, Obama ya había pedido al Congreso que "dejara gobernar" y había urgido a los legisladores a "aprobar un presupuesto y poner fin al cierre del gobierno".

Pago retroactivo .El Congreso estadounidense tiene programado votar un proyecto de ley respaldado por la Casa Blanca y los legisladores demócratas que asegura el pago retroactivo a los 800.000 empleados federales cesados temporalmente.

Tanto la Cámara de Representantes como el Senado aprobarían el proyecto hoy mismo -sábado-, para que el presidente Obama lo firme..