Banderas argentinas, fervor patriota y respeto republicano en la coronación

Banderas argentinas, fervor patriota y respeto republicano en la coronación
Casi un millón de personas festejan en las calles, pero no faltan las manifestaciones antimonárquicas.
El naranja fue el color predominante de la jornada en Holanda, cuyos festejos se asemejan mucho a los del “Día de la Reina”. La fascinación por la princesa Máxima se vive en cada rincón de Ámsterdam, con la venta de tazas, globos, muñecas, tartas, frascos de mermelada y hasta prendas íntimas con la foto de los flamantes reyes.

En un país donde la monarquía es cuestionada y criticada, tanto desde partidos republicanos como defensores de los derechos humanos, nada opacó el espíritu festivo del día de la entronización, donde casi ningún republicano se atrevió a acercarse a la plaza Dam para manifestarse.

Las autoridades holandesas estiman que unas 800.000 personas (holandeses y turistas) se reunieron en los alrededores del palacio Real de Ámsterdam y la Iglesia Nueva, escenarios de las ceremonia. Los republicanos, anarquistas e izquierdistas se mantuvieron en las seis áreas de la ciudad destinadas a las manifestaciones, sin producirse altercado alguno.

Hubo decenas de agentes de la policía de civil, camuflados entre la multitud, y francotiradores, así como varios detenidos, por beber demasiada cerveza o intentar romper el orden. Uno de ellos fue arrestado por tener una remera con una consigna republicana y no obedecer la orden de retirarse.

Els Nederstigt, una mujer de 38 años, dijo que se levantó a las 5.30 de la mañana para apostarse frente al palacio real luciendo un sombrero naranja: “Es un momento especial. Yo era una niña muy pequeña cuando Beatriz subió al trono, y por eso este es el primer cambio de monarquía que puedo experimentar“.

Como contraparte, en una manifestación antimonárquica en la cercana Plaza Waterloo personas vestidas de blanco llevaban letreros que se burlaban de Guillermo Alejandro: “La monarquía es una enfermedad de transmisión sexual”, decía uno de ellos. El holandés Jan Dikkers dijo que asistió para demostrar su desaprobación por el ascenso de Guillermo Alejandro, a quien dijo la gente tolera sólo porque “les cae bien su esposa”.

Dikkers tiene una opinión negativa sobre la reina Beatriz y esos son sus motivos para manifestarse en contra de la monarquía: “La gente dice que la reina hizo un buen trabajo pero no hizo nada. Quizá parece una persona agradable, y a la gente le gusta, pero eso es diferente“.

El fervor argentino también se hizo presente, porque aunque Máxima haya renunciado, al menos en los papeles, a su nacionalidad de origen, muchos argentinos sienten ahora el mismo orgullo que con la elección del cardenal Jorge Bergoglio como papa. Varias banderas argentinas pudieron verse entre la multitud cuando la familia real saludaba desde el balcón del palacio.

“Lo de Máxima es una maravilla para nosotros, los argentinos, después del Papa. Esto es lo más“, comentó Rosa Poggy, un ama de casa de 58 años, que viajó especialmente desde Buenos Aires porque quería presenciar la ceremonia de hoy.

Algunos ven esos éxitos como un consuelo ante las dificultades económicas y sociales que perciben en su propio país. “Máxima es un ejemplo y una alegría para los argentinos, sobre todo ahora que estamos viviendo un momento tan malo“, afirma Nora Morales, una argentina que viajó a Ámsterdam.

“Me hubiera gustado encontrar yo misma al príncipe. Las holandesas deben de estar furiosas, de entre todas las mujeres lindas que hay aquí, vino una argentina y se lo llevó“, señaló una argentina de 40 años que estuvo en la Plaza Dam con sus hijas.

Varios aprovecharon la oportunidad y la popularidad de la princesa, para hacer negocios, como los restaurantes argentinos en las calles aledañas a la plaza Dam. El dueño de la parrilla “Los argentinos”, Joaquín Medina, admite que Máxima ha beneficiado a “los rioplatenses” en un sentido comercial, pero que no puede olvidar que Máxima es la hija de Jorge Zorreguieta. “Hay muchos argentinos que no están de acuerdo” con los festejos.

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