Baleado por motochoros en una zona jaqueada por los delitos

Baleado por motochoros en una zona jaqueada por los delitos

Roque Farrán pelea por su vida internado desde el domingo tras ser herido en el abdomen en Alta Córdoba. Vecinos y comerciantes aseguran que en los últimos tiempos proliferaron los robos.

“Me golpearon en la cabeza y me ahorcaron. Eran tres ladrones”. “Por acá no anda ni un pa­trullero”. “No hay presencia policial”. “Los móviles tardaron en llegar 30 minutos”.

Desde la plaza de Alta Córdoba hasta las vías del ferrocarril, las quejas de vecinos y comerciantes tienen un denominador en común: pese a que a mitad de ese camino se encuentra la comisaría 7ª, ellos aseguran que la sucesión de episodios delictivos parece imparable en los últimos tiempos.

El violento asalto perpetrado por motochoros el domingo último a la noche, y que dejó malherido al mendocino Roque Farrán (36), dejó al descubierto la falta de controles policiales en la zona.

Ayer, en la zona los vecinos alertaban que durante los días de semana “no hay presencia policial”, pese a que la sede ­policial se encuentra a pocas cuadras.

Farrán, el científico que fue asaltado y baleado por dos motochoros, permanecía anoche internado en el Sanatorio Francés y su estado de salud era muy grave.

Paulina Gatica, dueña del bar 12 PM, ubicado en Jerónimo Luis de Cabrera y Justo de Urquiza desde hace 25 años, hace dos semanas sufrió un violento asalto.

“Me golpearon en la cabeza y me ahorcaron; eran tres personas”, sostuvo la mujer, quien realizó la denuncia en la comisaría de la zona.

Patricia, empleada de otro negocio ubicado en la misma zona, manifestó que “no anda un patrullero” y agregó que antes esta ola de inseguridad no se padecía en Alta Córdoba.

El silencio de la Policía

En el caso de Farrán, la Policía no informó sobre el brutal ­ataque de motochoros, caso 
que en las últimas horas cobró estado público luego de que ­algunos medios de comunicación de Mendoza dieran cuenta de lo sucedido.

Según trascendió, Farrán, quien es doctor en Filosofía de la Universidad Nacional de ­Córdoba (UNC), el domingo a las 21 caminaba con su madre y ­hermanas por Justo de Urquiza 
al 1650 cuando fue abordado 
por dos motochoros que qui­sieron arrebatarle la cartera 
 a una de las mujeres que lo acompañaba.

Tras arrebatar la cartera a una de las mujeres, el ladrón que iba en la parte de atrás de la moto le disparó a Farrán en el estómago.

Previamente, el hombre había acompañado a su novia, ­embarazada de ocho meses a 
su casa.

Matías Acuña, vecino de la zona, advirtió la situación cuando salió del bar 12 PM, y se disponía a subir al auto junto con su hija para llevarla a la plaza.

“Sentí una explosión fuerte y pensé que era algún neu­­má­tico de un auto. Cuando le­vanto la cabeza veo que dos personas con cascos salen disparados­ ­hacia Mariano Fragueiro”, detalló el hombre a La Voz del In­terior, quien además agregó que vio que el investigador estaba junto a otras personas sobre Justo de Urquiza y “se agarraba la panza”.

Según relató, Acuña se acercó al lugar donde Farrán estaba herido para ayudarlo. “Le dije que se apretara fuerte la herida para que no pierda tanta sangre”, recordó.

Alertados por la situación, vecinos de la zona llamaron 
a la Policía. “Los patrulleros tardaron en llegar al lugar al menos 30 minutos”, remarcó Acuña.

El hombre manifestó que ninguno de los tres móviles que llegaron quiso trasladar a Farrán a un centro asistencial, razón por la cual él junto con otros dos comerciantes lo llevaron al Sanatorio Francés, ubicado frente a la plaza, en un auto particular.

“No sé por qué la Policía no lo quiso llevar”, denunció.

Asistencia médica

Farrán ingresó al Sanatorio Francés cerca de las 23 de ese día. Gabriel Albisu, director médico, detalló que llegó en estado crítico. “Tenía una ­herida de arma de fuego 
que afectó el abdomen y comprometió el hígado, el bazo, 
el intestino y el estómago”, detalló.

Farrán fue intervenido quirúrgicamente y quedó en terapia intensiva. Adrián Peñaloza, jefe de Terapia Intensiva, manifestó que se encuentra con pronóstico reservado. “La situación es grave y está en riesgo su vida. No podemos inferir cómo va a ser su evolución”, dijo.

Farrán es hijo de Patricia Galván, vicepresidenta de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos en San Rafael, Mendoza.

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