Balance del retiro espiritual de Vidal: “Los escraches no suman votos”

Balance del retiro espiritual de Vidal: “Los escraches no suman votos”

Tras los incidentes del lunes en Mar Del Plata, el gabinete bonaerense analizó el rumbo de la gestión. Karaoke, bromas y milanesas.

 

Karaoke, asado, gestión y política. El encuentro, que culmina hoy, es el segundo que realiza la gobernadora y allí cada ministro hizo un breve repaso de su gestión y de su organigrama de funcionarios: qué hacen las segundas líneas y cuáles son sus planes de trabajo. Pero también se habló de política: hubo entusiasmo ante la elección clave en Provincia bajo la idea de que “el cambio” y la buena imagen de Vidal terminará siendo decisivos para los votantes. 

 

Los insultos de un grupo del gremio docente Suteba entremezclado con militantes kirchneristas en Mar del Plata, ayer, fueron un motivo de análisis. “Los escraches no suman votos”, planteó uno de los ministros. Es que, tras la inauguración, con escrache incluido, del Metrobus de MDQ, el jefe de Gabinete, Marcos Peña almorzó con el gabinete de la gobernadora. Reiteró que, para esta campaña, la “cercanía” será clave y, como suele ser, se mostró muy optimista en cuanto a los resultados electorales. 

Distendidos, Vidal y Peña, al igual que los funcionarios, disfrutaron de las milanesas con puré que cocinaron los empleados del complejo. “Eran milanesas gigantes”, se reconfortó un ministro con PERFIL. 

Como sea, en el retiro, además, se mostraron dos videos con fotos del año y medio de gestión. Muchas de ellas eran bromas entre ministros e imágenes de Vidal en actos y con vecinos. 

Por otro lado, reflexionaron bajo el eje de poner claridad a los objetivos del Gobierno provincial: de dónde venían en la Provincia – hubo duras críticas a Daniel Scioli por su gestión – y hacia dónde va la gestión. “Hay un gran clima de equipo”, confió uno de los ministros. La habitación principal fue para el jefe de gabinete bonaerense, y armador político, Federico Salvai, quien la compartió con el secretario de Comunicación Federico Suárez (quien disfruta de su soltería) y Mariano “el turco” Mohadeb, el secretario de Medios. La gobernadora, claro está, se recluyó en la suite diseñada especialmente para los mandatarios bonaerenses. 

La mayoría de los ministros, esta vez, tuvo su propia habitación. Sin embargo, el secretario General, Fabián Perechodnik (quien tuvo a su cargo la organización) se reservó el sorteo que castigó al titular del Banco Provincia Juan Curuchet, quien tuvo que compartir la pieza con el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro. ¿Le habrá mostrado Curuchet al peronista titular de la cartera educativa sus fotos en la Ucedé en los ochenta? Lo mismo ocurrió con el flamante ministro de Producción, Javier Tizado y con el radical Jorge Elustondo (Ciencia y Tecnología). Sorprendió la ausencia de la secretaria Legal y Técnica, María Fernanda Inza. 

Esta vez el ministro de Infraestructura, Roberto Gigante, no tuvo que soportar los ronquidos de su par de Trabajo, Marcelo Villegas: ambos tuvieron su propio cuarto. “Me ascendieron”, bromeaba Gigante con sus pares. En todas las cabañas los esperaba el hogar prendido: el frío polar fue el denominador común. Ayer por la noche hubo pescado. Salmón para algunos, paella con calamares para otros. Ya habían expuesto Salvai, Suárez, Hernán Lacunza (Hacienda) y Cristian Ritondo (Seguridad). 

Hoy le tocó a Joaquín de la Torre, el ministro de Gobierno. Muchos esperaban su alocución: el última reunión de seguimiento de su ministerio alcanzó con 30 minutos. “Pensábamos que iba a exponer todos los intendentes que sumó”, se mofó un compañero del gabinete. De la Torre, ex cacique municipal de San Miguel aún no puedo traer ni un consejero escolar. Pero está, dicen en La Plata, muy cerca de sumar dirigentes. Al menos, cuentan en Casa Rosada, gracias a él se sumó al fútbol de Olivos el intendente de San Miguel (quien lo reemplazó a De la Torre), Jame Méndez: un auténtico crack del fútbol. Incluso hace dos semanas hizo dos goles en el partido donde jugó el presidente, Mauricio Macri. Así las cosas, en el retiro el domingo por la noche fue el asado de agasajo: Suárez compró achuras y carnes rojas como una suerte de “Día de Padre” vidalista. El secretario es el único que no tiene hijos. Y su pasión por el asado, una costumbre que adquirió en su Laprida natal, lo pusieron al frente de la parrilla. 

Se lamentó el ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, quien no pudo levantarse bien temprano (cerca de las 6) para realizar su rutina de entrenamiento con su personal trainer. De hecho, por el contrario, se dio el gusto tomar un buen vino tinto en la cena de camaradería. Así las cosas, ayer por la noche hubo espacio para el esparcimiento. Así como el año pasado, en el primer retiro, la “vedette” fue el juego del sapo, esta vez los ministros se animaron al karaoke. Leonardo Sarquis, de Agroindustria, tenía ventaja: estudió comedio musical en su juventud.

 

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