Con baja comercialización, el campo cumplió con la segunda jornada de paro

Con baja comercialización, el campo cumplió con la segunda jornada de paro

El cese de comercialización de hacienda en pie, granos y productos de las economías regionales y la lechería convocado por la Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Coninagro, cumplió ayer el segundo día y logró un alto nivel de acatamiento.

La medida, que comenzó a partir del primer minuto de este miércoles en todo el país y que se extenderá hasta las 0 de hoy, se enmarca “dentro de las acciones gremiales que las entidades rurales vienen anunciando en rechazo a las políticas agropecuarias que el Gobierno nacional lleva adelante y que han provocado una situación crítica para todos los sectores productivos del país", informaron desde las entidades convocantes.

A nivel local, el impacto de la medida fue importante, que derivó en el nulo ingreso de animales al Mercado de Liniers y en un escaso movimiento en los puertos.

Un acatamiento “bastante grande”

Frente a este escenario, El Eco de Tandil dialogó con el presidente de la Sociedad Rural local, Angel Redolatti, que trazó un panorama sobre la actividad en la región y el nivel de adhesión logrado.

“El balance es bueno”, dijo respecto a la segunda jornada de paro y graficó que el miércoles ingresaron al Mercado de Liniers 950 animales mientras que ayer fue nulo, y repasó la actividad en las terminales portuarias con entregas previstas con antelación.

En definitiva, sostuvo que “el acatamiento es bastante grande”, lo que demuestra necesidad de “un cambio”.

El dirigente aclaró que se trata de un cese de comercialización y no de un lock out patronal, como se lo suele definir. Y explicó que en este caso “la gente que está en el campo trabajando lo sigue haciendo en forma normal, cumpliendo sus tareas. Lo único que hacemos es no comercializar los productos”, como método de protesta.

En cuanto al reclamo, se centró en las “trabas” existentes en la cadena de comercialización, en el sistema de entrega de los llamados ROES que otorga la Secretaría de Comercio de la Nación, las “dificultades en la importación de algunos productos”, “la inflación”, entre otros. En ese esquema “los perjudicados son dos, los productores y el consumidor”.

“El sector comprende y ve la situación como está. La idea es que toda la población tome conciencia del problema y se compenetre de que es una cadena y que en los pueblos del interior cada vez será más asfixiante. Lo que queremos es que nos dejen trabajar pero también con un sustento”, resumió Redolatti.

A su vez se refirió a los granos retenidos por el productor y detalló que, según dijo también el Gobierno, “hay 29 millones de toneladas de soja que no está comercializada en Argentina, pero la gran mayoría está en poder de determinados dueños”. Y citó que en Rosario se encuentra el polo procesador de harina y de aceite de soja “más grande del mundo”, por lo que diariamente “demandan determinada cantidad de toneladas para que su fábrica no tenga capacidad ociosa”.

“El productor tiene una cantidad muy chica que guarda para poder afrontar los gastos que va a tener cuando vuelve a sembrar o comprar algún producto”, informó.

 

La situación actual

 

Por otro lado, el presidente de la sede tandilense de la Sociedad Rural Argentina contextualizó la situación del campo en esta zona de la provincia de Buenos Aires a raíz de las fuertes lluvias, que llevaron a declarar emergencia y desastre agropecuario.

Puntualmente, el año pasado “en Tandil había dos realidades porque hubo muchas lluvias”, lo que impactó en las zonas más bajas del partido, donde “no han podido cosechar soja ni sembrar trigo, papa o cebada”.

En efecto, ese productor “que en enero tenía un financiamiento por ese cereal, ahora no lo tiene, y ahora debe esperar hasta la cosecha de soja, a fines de abril, principio de mayo”. Así “la cadena de pagos está complicada”, describió Redolatti, que también reconoció que hubo casos donde no se registraron estos problemas

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