Bailaron y se olvidaron la timidez

Bailaron y se olvidaron la timidez

Ayer se realizó el Zumbathon y más de mil personas coparon las calles.

Bailaron como si estuvieran dentro de sus casas o como si nadie los mirara. No sintieron vergüenza y a pesar de que algunos no pudieron seguir ni un paso de manera coordinada se divirtieron durante dos horas. Así se vivió ayer el primer Zumbathon, organizado por la Municipalidad de la Capital. Este encuentro, que tuvo como lema ‘Doná tus calorías‘, se realizó para juntar alimentos no perecederos que serán donados a la escuela Comandante Cabot, la Asociación del Milagro y la Casa de la Bondad.

Más de mil personas se adueñaron de la calle y con remeras de llamativos colores se movieron sin parar. Cerca de las 18, desde una pantalla unos números gigantes comenzaron la cuenta regresiva. Al mismo tiempo, la música subió rápidamente de volumen. Las mujeres, que fueron mayoría en la calle, aplaudieron y tomaron distancia de sus compañeras como si estuvieran en una fila de la escuela. Es que, necesitaban espacio suficiente para moverse sin molestar a nadie, y a los pocos segundos, como si fuera una estrella de rock Ruth Chacón (la representante de zumba en San Juan) subió al escenario y todos comenzaron a copiar sus pasos. Los gritos, los aplausos y los saltos hicieron que hasta las personas, que llegaron a la puerta de la Municipalidad de la Capital como acompañantes se movieran al compás de los distintos ritmos latinos.

Algunos comenzaron bailando de manera lenta y con un poco de vergüenza, pero con el paso de los minutos la alegría llegó a su punto máximo y ya no importó nada. La sonrisas eran cada vez más contagiosas y el hecho de copiar perfectamente cada paso no fue lo más importante. ‘Sólo vinimos a divertirnos. Somos malas para bailar, pero lo que importa es la intención‘, dijo Candela Ortiz, que llegó desde Pocito, junto a tres vecinas más. Al igual que ellas, muchas personas sólo fueron a disfrutar, y sin importarles la edad, hubo mujeres de hasta 70 años, se animaron a mover las caderas y a ‘perrear‘ al ritmo del reggaetón.

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