Baade: las razones del fracaso de Moreno en la creación de un mercado secundario

El Secretario de Comercio le exige a las empresas que traigan dólares para colocarlo en el bono energético, con la promesa de poder liquidarlo a un tipo de cambio diferencial. Pero para conseguirlo necesitaba que se conforme un mercado secundario, algo que nunca sucedió.
La presidenta del Banco Central Mercedes Marcó del Pont enterró el plan de Guillermo Moreno de crear un tipo de cambio diferencial para las inversiones por medio del bono energético del blanqueo (Baade).

El Secretario de Comercio Interior se estuvo reuniendo con grandes jugadoras de todos los sectores pidiéndoles que suscribieran el papel con dólares en blanco. Algunas rechazaron la propuesta de cuajo, mientras que otras le dieron su palabra. Las últimas en hacerlo fueron las automotrices, que se comprometieron a poner U$S500 millones, bajo la promesa del funcionario de que podrían liquidar las divisas a un tipo de cambio diferencial. Sin embargo, lo cierto es que las inversiones en dólares todavía no aparecieron.

En su última reunión con las cerealeras, en la que les volvió a exigirles un aporte, los empresarios le retrucaron preguntándole si los U$S500 millones que prometió Bulgheroni habían entrado. “No me importa, yo lo que quiero es el anuncio”, les respondió el funcionario.

La principal resistencia a la propuesta de Moreno provino del Banco Central. Es que el Secretario les prometió a las compañías que en vez de retener el bono, podrían venderlo a un tipo de cambio superior al oficial, engendrando así una especie de "dólar inversor". Pero Marcó del Pont se opuso con violencia porque implicaba una serie de irregularidades en el sistema bancario.

La ilusión del funcionario duró poco. La semana pasada el Central emitió un comunicado por el cual permitía ingresar dinero al bono energético con dólares obtenidos con crédito externo, con la condición de que liquide las divisas en el mercado oficial si se deshacía del papel antes de su vencimiento. Así, dio por tierra con la idea del Secretario de Comercio, que pretendía crear un mecanismo similar al "contado con liqui" para ingresar dólares a $7 u $8, según calculan los especialistas.

La jugada de Moreno desató una dura interna en el gabinete económico. Marcó del Pont lo cuestionó porque le iba a dar ese beneficio a las automotrices, todas empresas extranjeras, y no a las cerealeras, que son nacionales. “Yo lo que quiero es que entren los dólares”, lo cruzó la presidenta del Central. Las exportadoras escucharon el pedido y de a poco están liquidando la cosecha que tenían retenida.

El fracaso del mercado secundario

La principal causa que hizo inviable la movida fue la imposibilidad de crear un mercado secundario para el Baade, otro fracaso más en la lista que acumula el Secretario. De hecho, el Cedin, el otro instrumento del blanqueo para el mercado inmobiliario, nunca llegó a circular como instrumento financiero: la mayoría de los papeles emitidos ya fueron cobrados y todavía no hubo ninguna compraventa en la bolsa.

Cuando Moreno les exigía la colocación el bono, las empresas argumentaban que terminaban perdiendo plata, porque el baade paga un 4% anual, mientras que el Bonar X o el Boden 2015, que también pagan en dólares, rinden un 7%. Para que el Baade se convierta en una alternativa tentadora, debería pagar ese 7%, y recíen entonces poder competir en el mercado de bonos local.

“El Baade tendría un 70% de descuento, cuando el resto de los bonos en dólares cotizan a un 90%”, explicó a LPO el ex presidente del Central Aldo Pignanelli. De ahí que nunca se haya conformado un mercado secundario del Baade, el prerrequisito clave que ponían las empresas para venderlo ni bien hayan suscripto los dólares.

Además, Pignanelli sostuvo que garantizarles a ciertas empresas un tipo de cambio oficial “viola las normas financieras” de la entidad monetaria. “Todos empezarían a pedir lo mismo, es como estar dando un subsidio”, comparó el ex funcionario.

La furia entre los directivos del Central contra Moreno se explica principalmente por este punto. “¿Quién va a querer liquidar divisas al precio oficial de ahora en más?”, se preguntó un economista. “Una medida de este tipo trae problemas a futuro, porque entrarían menos dólares”, advirtió.

Para colmo, para tener un mercado secundario, tendría que haber un volumen en Baade de unos U$S1000 millones, dice Pignanelli. Por ejemplo, en los bonos citados hay puestos unos U$S5.000 millones en circulación.

Hasta ahora, el bono energético consiguió suscripciones por sólo U$S15 millones.

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