El avión argentino que se estrelló anteanoche luego de despegar con diez personas desde el aeropuerto de Punta del Este ya había tenido un accidente en 2013 durante un aterrizaje en la estación aérea bonaerense de San Fernando, según se supo ayer luego de que las autoridades uruguayas recuperaran los cuerpos y cuando la principal hipótesis sobre la causa del siniestro apuntaba a una falla en un motor.

De acuerdo con un informe difundido por la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC), el 21 de noviembre de 2013 la aeronave tuvo “un aterrizaje con tren retraído” en el Aeropuerto de San Fernando. Y aunque aquel episodio no produjo heridos, la dejó con serios daños en su estructura y más de un año fuera de circulación.

“La aeronave había sido reparada y puesta nuevamente en operaciones a comienzos de este mes”, confirmaron fuentes de la JIAAC, organismo que envió a dos investigadores a Uruguay para colaborar con la investigación.

Contra los rumores que comenzaron a circular a las pocas horas del siniestro, el avión “podía realizar vuelos internacionales y tenía todos los papeles en regla”, aseguraron voceros de la JIAAC tras explicar que había superado “una rigurosa inspección de fase 4 en un taller habilitado a principios de este mes”.

Si bien las causas por la cuales el avión se desplomó el jueves a las 20:37 casi inmediatamente después de despegar de Laguna del Sauce están siendo investigadas aún, el jefe de la Aviación Naval Uruguaya, capitán Gonzalo Ciganda, estimó que una falla en los motores y la poca altura en que volaba pudieron haber sido determinantes.

“Presumiblemente tuvo una falla de una de las plantas propulsoras y estaba a muy baja altura”, precisó Ciganda , quien detalló que el accidente se produjo “30 segundos después del despegue” y cuando la nave recién se encontraba a unos 500 pies.

La intendente de Maldonado, Susana Hernández, dijo que “el avión aparentemente explotó en el aire y cayó”. No obstante el jefe del cuerpo de bomberos que intervino en el operativo, Joaquín Elizondo, comentó que había “indicios de que el piloto realizó maniobras para intentar un aterrizaje de emergencia”.

Tras haber sido recuperados por personal de la Fuerza Aérea uruguaya ayer a la mañana, los cuerpos de las diez víctimas fatales (nueve ciudadanos argentinos, de los cuales dos eran tripulantes, y una mujer de nacionalidad portuguesa) fueron trasladados a la morgue de Maldonado para intentar su reconocimiento por parte de sus familiares.

El avión del siniestro, un King 90 fabricado por la firma Beechcraft, es similar al que se desplomó en mayo del año pasado frente a la costa de Carmelo, Uruguay, causando la muerte de cinco personas.