Avanza la causa contra policías por frustrado golpe a un banco

Avanza la causa contra policías por frustrado golpe a un banco
La banda quiso vaciar una entidad de Huinca Renancó en 2011. Un oficial fue enviado a juicio, otro está sospechado de liberar la zona con varios más.
En la Fiscalía de la ciudad de Huinca Renancó avanza a paso firme la investigación por el frustrado golpe a un banco, ocurrido en 2011, cometido presuntamente por una banda integrada por policías de esa jurisdicción. Por un lado, un policía y otro hombre fueron enviados a juicio. Mientras que un subcomisario, acusado de haber colaborado con el plan desde afuera del banco, permanece preso, al tiempo que se investiga la participación de otros dos efectivos de la misma fuerza.

Como si fuera poco, se investiga ahora si estos efectivos policiales están vinculados a otro golpe fallido contra una entidad crediticia en Río Segundo, ocurrido en septiembre de 2010.

Respecto al caso de Huinca Renancó, el fiscal de esa población, Marcelo Saragusti, envió a juicio al oficial de policía ­Martín Cáceres (31) y a Fabián Murúa (un civil); al tiempo que ordenó la detención del subcomisario Alejandro Tito (41), sospechado de haber dado información a la banda y de haber “liberado la zona”. Los tres permanecen presos y alojados en la cárcel de Bouwer.

Golpe frustrado. El pasado 9 de octubre de 2011, una banda de ladrones quiso vaciar el tesoro del Banco La Pampa de Huinca Renancó (a 413 kilómetros de la Capital provincial), aprovechando que era fin de semana y no había nadie. Según la investigación del fiscal Saragusti, la alarma se activó pero el golpe no fue frustrado con rapidez precisamente, según el funcionario judicial, por la presunta complicidad de algunos policías que no fueron a propósito a verificar qué pasaba, ya que supuestamente habían “liberado la zona”.

El plan fracasó, según la causa, porque otra patrulla de policías –que no habrían tenido participación con el plan– acudió al banco a ver qué pasaba y terminó frustrando todo.

Según consta en el expediente, aquella noche los delincuentes llegaron al banco en un Chevrolet Astra con vidrios polarizados. Mientras uno de ellos se habría quedado de campana (el sospechoso Murúa), otros accedieron al patio de la entidad, tras subir a los techos de unas casas vecinas. Entre esas perso­nas, habría estado el policía Cá­ceres (de civil y con su arma).

La banda aprovechaba que los responsables del banco estaban en un casamiento.

Siempre según la investigación, los individuos forzaron la puerta de ingreso a la cocina del banco. Adentro giraron las cámaras de seguridad, para evitar ser identificados. Luego fueron al archivo, donde se encuentra el monitor de las cámaras de seguridad y la central de alarmas, y las desactivaron. Sin embargo, la alarma comenzó a sonar en la comisaría.

Con herramientas, los delincuentes quisieron violentar la caja de seguridad, ubicada en la tesorería. Pero no pudieron.

El fiscal Saragusti sospecha que mientras la banda estaba adentro, algunos policías habrían organizado “liberar la zona” para que el plan se concretara. En ese ardid habría tenido participación el subcomisario Tito y otros efectivos.

No obstante, un móvil policial se acercó al banco a ver 
qué sucedía y detectaron al ­Corsa iniciaba el escape. Luego de una persecución, el auto fue detenido en la localidad de Vicuña Mackenna. Allí fueron apresados Cáceres y Murúa. En tanto, los otros sospechosos de haber entrado al banco huyeron en un remis.

El fiscal Saragusti mandó a juicio a Cáceres y Murúa como supuestos autores de tentativa de robo calificado. El proceso oral podría hacerse este año.

“Zona liberada”. Para el fiscal, algunos uniformados habrían brindado información a la banda respecto de horarios y movimientos en la entidad bancaria. Tito, el policía más comprometido en el caso, se habría comunicado con Cáceres y Murúa los días previos al robo. Además habría estado en la ciudad el día del ataque al banco “monitoreando todo” (como dijo una fuente del caso), pese a que estaba fuera de servicio. Los análisis de los celulares lo comprometen.

El fiscal Saragusti ordenó la prisión preventiva de Tito, sospechado de ser el instigador del asalto. Su abogado apeló. Mientras, el funcionario prosigue investigando la presunta complicidad de otros dos policías de calle aquella noche.

El caso de Río Segundo. En septiembre de 2010, otra banda fracasó en el plan por saquear el Banco Macro de Río Segundo, cuando también no había nadie adentro. Los investigadores policiales tienen firmes sospechas de que los sospechosos de Huinca Renancó podrían haber participado en este otro golpe frustrado.

El fiscal de Río Segundo, Luis Nazar, dijo que no hay detenidos por el caso y consignó que es una línea investigativa de la Policía.

Según la causa, para concretar el golpe, varias personas al­quilaron el salón del club Sociedad Italiana, en Río Segundo, que colinda con el banco y se hi­cie­ron pasar por un grupo religioso. Realizaron un boquete que los comunicaba con el interior. Sin embargo, el plan se trun­có ya que no lograron desac­tivar la alarma de la sucursal.

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