Avance de la ultraderecha y duro revés para Merkel en Berlín

Avance de la ultraderecha y duro revés para Merkel en Berlín

Su partido salió segundo con el 17,6% de votos, el peor resultado en medio siglo. Y la xenófoba y antiislámica AfD logró acceder al Parlamento regional con el 14,1%.   

 

 

Berlín no fue la excepción. En las elecciones regionales de hoy en la capital alemana, los votantes castigaron a los dos grandes partidos que gobiernan en coalición la ciudad–estado y el país: perdieron apoyo tanto la Unión Cristianodemócrata (CDU, 17,6 % de los votos) de la canciller Angela Merkel como el Partido Socialdemócrata (SPD, 21,5%). Y aunque la mayoría de los 2,5 millones de berlineses votó por fuerzas progresistas o de izquierda, los comicios de ayer confirmaron el fuerte avance de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD, 14,1%), un partido antiinmigración y antiislam que con el resultado de ayer ya tiene bancada en diez de los 16 estados federados alemanes.

La CDU de Merkel sufrió hoy su quinta caída electoral consecutiva y obtuvo el peor resultado de su historia en Berlín, por lo que se queda fuera del gobierno regional. Un candidato muy flojo y un rival nuevo como la ultraderechista AfD (que concentró el voto protesta contra la política de Merkel de acogida de refugiados) fueron los principales motivos de la debacle de los cristianodemócratas, quienes no obstante quedaron en segundo lugar.

La canciller Merkel apenas participó en la campaña electoral en la capital y en su última aparición fue abucheada por partidarios de la AfD que la acusaban por haber abierto las puertas, en 2015, a más de un millón de refugiados de Siria, Irak y otros países en conflicto. Centenares de estos peticionarios de asilo aún siguen alojados en albergues provisionales en gimnasios de unos 50 colegios primarios en todo Berlín.

Pero si hace quince días Merkel se reconocía responsable de la derrota de su partido en las elecciones regionales de Mecklemburgo–Antepomerania, en el este del país (en las que la CDU obtuvo menos votos que la ultraderechista AfD), en Berlín su partido por ahora atribuye el golpe a cuestiones locales.

El candidato de la CDU, Frank Henkel, se alejó de la línea de la canciller y abogó por más presencia policial, más controles de seguridad, menos refugiados, la derogación de la doble nacionalidad y la prohibición total del burka. Por temor a la competencia de extrema derecha, Henkel intentó hablar al electorado más conservador pero no lo logró. Tampoco pudo perfilarse con los temas que dominaron la campaña, como el aumento explosivo de los alquileres en una ciudad de inquilinos, la especulación inmobiliaria, así como la falta de inversión pública, tanto en vivienda, en colegios como en infraestructura.

No obstante, faltando solo un año para las elecciones federales de 2017, el pase de facturas a Merkel y las fuertes presiones internas serán inevitables. La canciller aún no anunció si se presentará a un cuarto mandato el año que viene. Pero ya viene rectificando su política hacia los refugiados y la semana pasada incluso corrigió su famosa frase “lo lograremos”, con la que animó a los alemanes a recibir a cientos de miles de peticionarios de asilo de Oriente Medio cuando estalló la crisis inmigratoria entre 2014 y 2015. “No lo volvería a decir así”, subrayó la canciller Merkel recientemente.

Que la ultraderechista AfD haya logrado arañar el 15 por ciento de los votos en la capital, la ciudad más multicultural y liberal de Alemania, no pasará desapercibido entre los jefes conservadores. Con su discurso antiislam y antiimigración, en su primera elección en Berlín la AfD llegó a más del 17 por ciento en los barrios obreros del este de la capital que estuvo dividida por un muro durante décadas, y también superó el 12 por ciento en el oeste más próspero.

La ultraderecha nunca había podido pasar el 5% de votos necesario para participar del comicio. Pero ahora, con los resultados de ayer, logrará sentar a 23 representantes en el Parlamento regional, contra 26 del partido de Merkel y 29 legisladores de la socialdemocracia.

Este último partido, por su parte, celebró como una victoria el magro resultado electoral que obliga al alcalde Michael Müller a buscar al menos dos socios de coalición para gobernar. Probablemente en Berlín se forme una coalición de gobierno entre los socialdemócratas, los verdes y los excomunistas de La Izquierda. Las negociaciones comenzaron hoy mismo, cuando se conocieron las primeras proyecciones de los resultados.

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