Entre el comienzo de la autopista en Puerto Madero y la zona del peaje de Dock Sud, según manifestaron varios usuarios que se comunicaron con la redacción, se pudo notar que tras las lluvias de la última semana, aparacieron varias grietas y nuevos pozos.

Lo cierto es que el estado de la carretera volvieron a poner en tela de juicio a las autoridades que administran hoy la autovía. Cuesta creer que a poco de realizarse las obras del tercer carril más la repavimentación y bacheo, no se haya planificado una estrategia para prevenir estos inconvenientes.

Las obras aún se están realizando, y si bien necesarias, no parecen tener un gran despliegue que garantice mejoras a corto y mediano plazo. Por el contrario, los arreglos se realizan en pequeños espacios y no garantiza el adecuado mantenimiento de la traza.

Además, en gran parte de la autopista las banquinas está sin demarcar, y en muchos casos aún sin pavimentar.

La Provincia, a través de la creación de Aubasa se hizo cargo de la concesión de la autopista Buenos Aires – La Plata en julio de 2013 porque la compañía que tenía el servicio, Coviares, había incumplido varios aspectos del contrato. Entre ellos, la construcción del tercer carril entre Dock Sud y Hudson.

Aubasa construyó una salida para los que viven en Villa Elisa, incorporó señal ética nueva y cambió todos los postes de iluminación por lámparas led. Los usuarios terminaron pagando estas obras con creces con los peajes. En tanto, la situación de la cinta asfáltica de la autopista aún deja mucho que desear, hay numerosos baches y las obras avanzan a paso de tortuga.