Autodeterminación y libertad

Autodeterminación y libertad

Kicillof define su gobierno en pleno hermetismo. Los casi 5 millones de votos que cosechó en las PASO le dieron facultades para decidir rumbo y equipo. Intendentes ya bajan expectativas ministeriales. 

Por FACUNDO COTTET.

La victoria por 18 puntos sobre la gobernadora María Eugenia Vidal le dio al candidato a gobernador por el Frente de Todos, Axel Kicillof, espalda política para manejarse con autodeterminación y libertad y así llegará a la elección del 27 de octubre: esquivando la expectativa de intendentes peronistas sobre la conformación del Gabinete y la designación de puestos clave en diversos organismos y ministerios y habilitando a sus referentes económicos de confianza a exponer sobre la pesada herencia que dejará la gestión Cambiemos.

Con el aplastante triunfo de las PASO en el bolsillo, Kicillof definió que todo seguía igual. Misma estrategia de campaña: recorridas por el interior a bordo del Renault Clio, como un candidato austero, y manteniendo hermetismo sobre quiénes conformarán su gabinete. Repetir que “todavía no se ganó nada”, intentando evitar la sobreexposición mediática, y mostrarse en cada rincón bonaerense.

El resultado de las elecciones primarias sorprendió a los propios. Sobre todo a los intendentes. Los jefes comunales reconocen que esperaban un triunfo del candidato por dos o tres puntos y que –en definitiva- esa escueta diferencia lo obligaría a recostarse en la estructura territorial y en las gestiones locales para el segundo tramo de la campaña. Pero Kicillof obtuvo 4.921.536 votos, sacudió los cálculos y, con ello, ganó autonomía.

“Axel no le debe nada a nadie”, graficó a Letra P un intendente peronista.  Reconoce que el diputado nacional hizo la campaña “prácticamente sin estructura”. Entonces, la expectativa de los jefes comunales de ocupar lugares en una gestión provincial fue bajando a medida que sucedían los hechos. O, al menos, comenzaron a convencerse de que no dependerá de ellos.

Los jefes comunales reconocen que Kicillof escucha. En lo formal, comparte un chat con casi todos ellos y con candidatos sin tierra, pero no da señales sobre quiénes encabezarán puestos clave en su armado ministerial. Para eso falta. Se los dejó en claro a varios de ellos en una reunión en la sede del PJ de Calle Matheu, el 11 de septiembre.

Los intendentes también sostienen que, como fue Cristina Fernández de Kirchner quien siempre quiso que su último ministro de Economía diera la pelea por la gobernación, les quedó poco margen para pedir/exigir. En la previa se aglutinaron en dos grupos: uno referenciado en la matancera Verónica Magario y otro, en el lomense Martín Insaurralde. De hecho, hasta una semana antes al cierre de listas, estos dos nombres seguían en carrera para la precandidatura a la gobernación, hasta que CFK –a quien los intendentes reconocen como la mayor electora que tiene el espacio- definió que no habría interna.

Hoy, tanto en Magario como en Insaurralde se depositan las expectativas para participar de una futura discusión de poder. La matancera como vicegobernadora y con el distrito de mayor peso electoral como escudo junta a algunos jefes comunales del interior. Insaurralde mantiene diálogo permanente con Kicillof, tiene un esquema territorial en el conurbano, dos bloques en la Legislatura bonaerense y gente suya en lugares importantes como el Tribunal de Cuenta y el directorio del Banco Provincia. Algunos intendentes, por su agenda de gestión, creen que pueden aportar en diversas áreas sociales: Desarrollo, Salud, Educación e Infraestructura.

Durante una reunión meramente política y de análisis del resultado de las PASO que Kicillof mantuvo con intendentes y precandidatos en Avellaneda dejó en evidencia que se iba a mover con libertad. Aquel día, preparó un informe con el resultado de los 135 municipios, contó dónde había que reforzar presencia, donde prácticamente la proyección no cambiaría ni a favor ni en contra y contentó a los presentes. Muchos intendentes se fueron gratamente sorprendidos de ese encuentro.

Ahora, el candidato sabe que irá a apoyar a los y las postulantes en los grandes distritos sobre el cierre de campaña, donde el Frente de Todos se entusiasma con ganar y pasar a gobernar. Sabe también que La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca son las localidades donde lo esperan y que los municipios del conurbano que hoy gobierna Cambiemos no se deben desatender. Post PASO estuvo en las comunas vidalistas de Quilmes, San Isidro y Morón.

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