Audiencia pública: contundente rechazo vecinal a los argumentos en favor de la planta de EDET

Los vecinos reclamaron que se priorice la salud de las personas a los gastos que demandará realizar la planta de energía de EDET en otra parte. Momentos de tensión en la audiencia convocada por el ENR

Fueron los primeros oradores y todos corrieron la misma suerte: el abucheo popular. El primero en exponer ayer fue el director de Industria y Energía de la provincia, Edgardo Bertini quien defendió la construcción de la planta transformadora de energía de Ayacucho 266 debido a la creciente demanda de servicio existente en la ciudad.

Su sucesor, José Luis Guinudinik, representante de la Universidad Tecnológica Nacional, corrió la misma suerte, al advertir que habrá cortes de suministros en caso de que el emprendimiento no prospere.

Visiblemente molestos, los vecinos le reclamaron –entre cánticos y gritos que demandaron la permanente intervención de la moderadora del encuentro- que hable del impacto sanitario de esta iniciativa, algo prácticamente omitido por casi todos los oradores que respaldaron la continuidad de las obras, hoy paralizadas.

Así fueron pasando los primeros exponentes de una amplia lista confeccionada por el Ente Regulador de la Energía (ENRE) en el marco de una audiencia pública convocada (y presidida) por este organismo para debatir las consecuencias de la construcción de la planta de energía en el corazón del populoso barrio Sur.

Junto a los vecinos y sus abogados, estuvieron presentes en un salón del hotel Catalinas Park, el senador José Cano, la legisladora Silvia Elías de Pérez (ambos radicales) y la concejala del ARI, Sandra Manzone. Del otro lado, hubo entre representantes del Gobierno, gremialistas, representantes de la Defensoría del Pueblo, de la Unión Industrial, de EDET, del Ente Provincial Regulador de Energía de Tucumán (EPRET) y de la UTN, entre otros.

Mientras estos últimos, permanentemente justificaban la realización de la obra debido a la demanda creciente y el crecimiento imparable del consumo eléctrico, los vecinos argumentaron su derecho a un ambiente sano y las posibles consecuencias que la planta podría generarles. También se quejaron porque nunca fueron notificados oportunamente sobre las implicancias de este proyecto.

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