Atilra y Apla, las fuerzas de choque K para pelear con la industria y los tamberos “no alineados”

Las verdaderas razones del conflicto que está provocando bloqueos y miles de litros de leche derramados.

El sector lácteo es quizás la expresión más fiel de los desmanejos de la política económica kirchnerista. Ya desde el año 2005 la lechería viene sufriendo las constantes intervenciones del Gobierno nacional que terminaron destruyendo el mercado.

Pero la intervención de la Casa Rosada no fue solamente económica. Desde un inicio Néstor Kirchner y Guillermo Moreno identificaron que resultaba más que necesario dividir al sector entre tamberos K y los denominados tamberos “no alineados”.

 Para esto se utilizaron mecanismos que a esta altura son más que conocidos: se crearon Cámaras de Productores amigos del poder capaces de avalar cualquier medida oficial y de enfrentar al resto de los representantes de los tamberos que se atrevan a oponerse.

 También fue muy útil la estrategia de enfrentar a los productores con la industria que -producto de las fuerzas del mercado- están naturalmente en constante fricción (había que hacerlos pelear para, luego, mostrar al Estado como garante de la paz social).

 La novedad ahora pasa por la sorpresa que genera la activa participación en el actual conflicto lechero de dos entidades que actúan como fuerza de choque K para pelear con las empresas y los tamberos “no alineados”, según pudo averiguar La Política Online.

 Se trata del Sindicato de Trabajadores Lácteos (Atilra) y la Asociación de Productores Lecheros de la Argentina (APLA), que no integra la Mesa Nacional de Productores de Leche (MNPL) y fue creada en marzo de este año por un grupo minúsculo de tamberos.

 Ambas entidades se unieron para realizar bloqueos en los accesos de diferentes industrias lácteas, lo que obligó, según denunció APYMEL, a tirar leche que no pudo ser colocada en las usinas elegidas como blanco de las protestas.

 Para tener una idea, en los últimos días se bloquearon las plantas de Saputo (Rafaela), Williner (Bella Italia, El Trébol y Suardi), Verónica (Suardi), Milkaut (Esperanza) y otras empresas lácteas ubicadas en el centro de la provincia de Santa Fe.

 Los líderes de Atilra explicaron en un comunicado las razones del paro de 24 horas anunciado ayer: por un lado se oponen a la venta de quesos de Saputo a valores “dumping” y por otro apoyan el reclamo de los tamberos para revertir la baja de precios.

 Pero, ¿qué hay detrás de la medida de fuerza de Atilra y la alianza con APLA? Al parecer, las industrias se niegan a pagar un 6,5% del salario por cada trabajador para destinarlo a “actividades de carácter solidario, asistencial, previsional, turístico y/o cultural”.

 Ese aporte -de 900 pesos por trabajador- resulta inadmisible para la industria en el actual contexto de crisis del sector lechero (que incluye una fuerte baja de precios internacionales) a pesar de estar contemplado en el Convenio Colectivo de Trabajo.

 Además, Atilra está desde hace tiempo en guerra total con los directivos de la firma Saputo. En este sentido, fuentes del sector contaron que la empresa tiene intenciones de reemplazar la representación sindical de sus trabajadores por otro gremio.

 Cabe destacar que este año Atilra cerró una de las mejores paritarias por encima del 35% y que fue calificada como “muy buena” por los propios referentes del Sindicato. Por ejemplo, un calificador de quesos o un cajero cobra un básico de $ 17.317.

 Este sueldo de un trabajador de una empresa láctea puede tranquilamente duplicarse si se suma antigüedad, asistencia, horas extras y trabajos durante feriados y fines de semana, según indica un artículo publicado en el sitio especializado valorsoja.com.

 Acuerdo

 En el sector apuntan a la complicidad del subsecretario de Lechería, Arturo Videla, quien mantiene una muy buena relación política tanto con el titular de Atilra, Héctor Ponce, como con las autoridades de la polémica y novata APLA.

 De hecho, este jueves, Videla medió en el conflicto entre Atilra y APLA con las industrias lácteas en una reunión que mantuvieron las partes en la que se llegó a un acuerdo para que no se bajen los precios a los tamberos.

 El acuerdo -por medio del cual Atilra levantó el paro nacional- lleva la firma de Miguel Paulón (CIL) Ider Peretti (Sociedad Rural de Morteros), Héctor Ponce (Atilra) y Pablo Villano (Apymel), entre otros.

Críticas a Atilra y APLA

 En este contexto, la alianza entre Atilra y APLA generó mucha polémica y fue duramente criticada por otras entidades del sector que ven en estas dos organizaciones cierta complicidad para avalar las políticas del Gobierno nacional.

 Así, Confederaciones Rurales (CRA) fue la primera en salir al cruce: “El accionar de Atilra, en conjunto con productores sin representación gremial de ninguna entidad, no hace más que profundizar la crisis que atraviesa el sector”, apuntaron.

 En tanto, Gustavo Vionnet, coordinador de lechería de Carsfe dijo que “Atilra está utilizando a este grupo de personas para sus fines; los que tenemos la representatividad de los productores no estamos de acuerdo con lo que están haciendo”.

Por su parte, las autoridades de la Mesa Nacional de Productores de Leche (MNPL) también rechazaron los bloqueos a empresas lácteas y el paro nacional de Atilra: “Estas acciones solo van a agravar la difícil situación en la que están los productores”, dijeron. 

Como sea, en Atilra defienden la alianza con APLA: “Vimos en este grupo de productores objetivos totalmente diferentes porque se han preocupado por todos los trabajadores del campo. Siempre incluyeron a todos”, aseguraron. 

Y, enseguida, salieron al cruce de las entidades “no alineadas” que las criticaron: “Las otras agrupaciones nunca tuvieron un acto de arrojo por sus empleados a los cuales querían hacer invisibles, como si no fuesen parte de la cadena”, señalaron. 

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