“Los que asumen un cargo público sin estar preparados son Corruptos”

Esta frase pronunciada por el ex subsecretario de deportes de la nación, Víctor F. Lupo, fue la más aplaudida en el “Encuentro de Dirigentes e Instituciones Barriales” que se llevó a cabo en la sede del club Banco Provincia de la capital santafesina, el pasado 17 de octubre,  ante la presencia de más de un centenar de dirigentes de 30 localidades de provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos y que tuvo como invitado especial al presidente de la Unión Nacional de Clubes de Barrio (UNCB), Claudio Rial.

El encuentro que contó con representación de importantes dirigentes deportivos y sociales, los deportistas ex seleccionados nacionales de voleibol, Lisandro Combes y de atletismo, Marcelo Alarcón, las Diputadas Nacionales Silvina Frana y Elsa Combes (m.c.), la Secretaria de Cultura y Deportes de Esperanza, Adriana Robledo, el concejal de Laguna Paiva, Mario Batuecas y el presidente de la Federación santafesina de Clubes, Raúl Bianchi fue organizado por el ex jugador de “Los Pumas”, Matías Dalla Fontana (integrante de Agenda Argentina) y Sergio Berardi del Sindicato de Guardavidas, quienes fueron los encargados de abrir el debate.

El presidente de la (UNCB) Rial hablo sobre la importancia de los clubes en nuestro tejido social y como fueron adecuándose ante la gravísima crisis social y política que vive nuestro país.”Nosotros desde la Unión fuimos los primeros en darnos cuenta de lo que significaban los tarifazos en los servicios públicos por eso a principios del año 2016 salimos a la calle a protestar y llenamos solos los clubes la histórica Plaza de Mayo sin ningún apoyo de nadie para trasladarnos desde nuestros clubes” expreso el dirigente para seguir agregando “Para nuestras instituciones que son la célula básica del deporte argentino la solución está en el cumplimiento de la Ley Nacional de Clubes (27.098) sancionada en el año 2014 y como no se la reglamento no se la cumple. Esta Ley tiene como temas centrales un Registro de Clubes (para saber en realidad cuántos somos), un Presupuesto propio (en el año 2016 fue de 300 millones de pesos (que el secretario Mac Allister lo repartió a su antojo), una Tarifa Social para los servicio públicos (con la cual el sufrimiento de estos años hubiera sido menor), la Inembargabilidad y el Derecho de Propiedad a todos los clubes asentados en terrenos fiscales. El Club brinda aún, junto a la escuela pública, la gran posibilidad de formación, contención e inclusión social que necesitan los niños y jóvenes que se han quedado sin puntos de referencia para su formación integral. Es también un lugar abierto para que los integrantes de la tercera edad puedan desarrollar sus actividades recreativas. Se trata de uno de los ámbitos comunitarios en donde nos podemos permitir encontrarnos y que las generaciones anteriores pueda transmitir la memoria y las experiencias a las nuevas generaciones, en función de una historia y una cultura que debe preservarse”.

 

En la reunión con amplia participación de los presentes, de ciudades como Reconquista, Las Toscas, Esperanza, Laguna Paiva, Rincón, Arroyo Leyes, San Javier, Humboldt, Santo Tome, Sauce Viejo (Provincia Santa Fe) y Paraná, Segui, Crespo y Viale (Entre Ríos), se planteó la necesidad de una política deportiva que reconozca la identidad de los clubes como columna de la cultura federal y como lugares de rescate de nuestro pueblo ante la catástrofe social y sanitaria. El hecho de carácter regional sirvió para alertar sobre la necesidad de devolver a los clubes y a los deportistas la condición de artífices de los destinos de la política deportiva. Se llamó a instancias de unidad entre las instituciones, en vistas a dialogar con las autoridades de las gestiones entrantes en todos los niveles de gobierno.

El dirigente del Movimiento Social del Deporte (MSD) Víctor Francisco Lupo fue el encargado de cerrar la reunión con una disertación sobre la historia de nuestro deporte y la relación con el ámbito internacional. Comenzó diciendo Los clubes tienen su razón de ser en nuestra sociedad y en nuestra cultura. Queda claro que todo ese entramado social es más valioso que los negocios de unos pocos o el endiosamiento del éxito que se dio en llamar “la cultura del podio”,  donde sólo valen los ganadores y desgraciadamente desde hace décadas en las políticas públicas (salvo honrosas excepciones) hemos dejado de preocuparnos por la participación masiva de la población en el deporte viviendo así una cultura del descarte y la exclusión. La promoción del deporte, más allá de los valores sociales que transmiten en torno a la unidad del pueblo, en su historia y en su destino, es también una herramienta para combatir esa epidemia mundial que es el sedentarismo y la obesidad, (que hoy tenemos el desgraciado privilegio de encabezar el ranking en Latinoamérica) entre otros problemas de salud tanto física como psíquica” para luego desarrollar la historia de las políticas públicas virtuosas, (que en general fueron las menos) para finalizar diciendo que ante los embates de las corporaciones del deporte internacional y de las figuras mediáticas para ubicar sus personeros como funcionarios, Lupo dejo esta durísima sentencia: “Los que aspiran o asumen un cargo público sin estar preparados son Corruptos. Al que le quepa el sayo que se lo ponga”.

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