El asistencialismo en lugar de políticas públicas claras

El Frente para la Victoria ha instalado en Tierra del Fuego la idea de que un Gobierno encabezado por Rosana Bertone va a repetir el asistencialismo que se lleva adelante a nivel nacional en el que se ha perdido el verdadero sentido de la ayuda social a sectores en situación de riesgo para convertirse en una herramienta de adoctrinamiento y de lealtad partidaria.

Lo ocurrido en los días previos a la primera vuelta electoral genera todo tipo de dudas ya que camiones cargados de colchones; mercadería; comestible y electrodomésticos recorrieron las calles de la provincia con  la finalidad de conseguir votos para los candidatos del Frente para la Victoria.

Lejos de los eslóganes de campaña de que “es la nueva política” la que pide espacio, la entrega de productos a cambio de acompañamiento en las urnas es tan vieja como la política misma y ya tiene muchos años y muchas elecciones bochornosas en las que se menosprecia al ciudadano, o peor aún, con políticas públicas se lo pone de rodillas y en la marginalidad para que luego le terminen pidiendo a esos que  pusieron en esa condición de vulnerabilidad.

Es justamente a través de las políticas nacionales que hoy muchos ciudadanos de Tierra del Fuego sufren la marginalidad; la falta de viviendas; de empleo; de oportunidades; de inclusión, además sufren inseguridad, los acecha el flagelo de la droga, entre otras cosas, pero atrás aparece ese Estado paternalista que se dice reparador de los males provocados por otros pero que en realidad es artífice de la realidad.

Durante la  época Kirchnerista, en Tierra del Fuego, se fomentó la radicación de industria sobre un determinado período y con ello se generó una migración interna desproporcionada para la capacidad que la provincia tenía de hacer frente a esa complicación socioeconómica. Parecía que las políticas se iban a sostener en el tiempo pero no, poco a poco la producción de la industria decayó, las empresas no se reconvirtieron y hoy todo depende de la cantidad de dólares que las empresas puedan sacar al exterior para comprar la materia prima.

Las consecuencias de esa política están a la vista, dejaron de venir empresas a radicarse a la provincia y las que se quedaron no solo redujeron su producción sino sus fuentes de empleo. Con ello, se agudizó el problema social; la gente no puede comprar su vivienda; y tampoco pueden acceder a una propiedad en la que existan los servicios públicos básicos con los cuales acceder a una vivienda digna. Sin embargo cada tanto aparece el Gobierno nacional para entregar 50 o 25 viviendas sociales y hacer frente al déficit habitacional y publicar a seis columnas que dieron soluciones a los vecinos, pero omiten mencionar que fue su propia política la que llevó a los fueguinos y a los que eligieron Tierra del Fuego, a vivir en la marginalidad, sin tierra; sin vivienda; y sin empleo.

Por eso ver a los camiones del Frente para la Victoria repartiendo mercadería y tratando de asumir el papel de los Reyes Magos no ha logrado otra cosa que generar un efecto contrario ya que la gente pide políticas públicas serias; propuestas superadoras; educación; inversión y obras para poder minimizar la marginalidad; reducir la necesidad y abolir las dádivas del Estado.

Es válido contar con las asignaciones familiares y fortalecer las posibilidades de una madre soltera o un padre desocupado pero lo que esta decididamente mal es promover la degradación de la sociedad para luego caerle con un camión cargado de mercadería.

Comentá la nota