Los delitos de encubrimiento agravado o incumplimientos de los deberes de funcionario público serían algunos de los que podrían encuadrarse en el presente caso, aunque no se descarta que pudieran aplicarse otros.

Los datos que motivarán la calificación legal a escoger surgirán de la documentación que fue secuestrada durante la noche del viernes pasado, en el marco del allanamiento llevado a cabo en la Seccional Quinta.

Esa prueba la requirió ayer a la Oficina de Secuestros el fiscal general, Héctor Iturrioz, quien fue designado para dedicarse a la investigación que tiene entre sus protagonistas al subcomisario Waldemar Ferreira, a quien la jefatura provincial de la policía lo separó del cargo que ocupaba como segundo jefe de la dependencia ubicada en el barrio Isidro Quiroga.

El otro actor involucrado es Mario Chini, quien tiene pedido de captura y condena por homicidio, además de varias causas por maltratar mujeres, entre ellas su esposa y su propia madre, quien la semana pasada lo denunció por haber resultado víctima de una amenaza de muerte con arma de fuego. En enero fue su pareja quien resultó ferozmente golpeada por él, luego de llegar a la casa con un tiro en el pie producto de un ajuste de cuentas.

VARIOS PROTAGONISTAS

En esta historia también están incluidas las dos mujeres, Paola y Romina, que radicaron la denuncia en el Ministerio Público Fiscal luego de conectar una serie de sucesos que las llevaron a sospechar que existía una connivencia entre el jefe policial y el violento al que denunciaron por robo en el departamento que tuvieron que abandonar en el barrio 30 de Octubre.

Por ese hecho Chini fue detenido, aunque en contados minutos se habría ido de la comisaría en un remís sin que se informara al Ministerio Fiscal sobre su detención.

Según dijeron en exclusiva a Diario Patagónico las víctimas del robo y amenazas, Chini llegó con un arma de fuego y tras amenazarlas de muerte les habría dicho: “¿no se dan cuenta de que yo estoy con la policía? El comisario Ferreira me dijo que me dejara agarrar ahí afuera. La detención iba a ser como un simulacro, me detenían y me soltaban”.

La cuestión es que la Fiscalía no fue informada sobre este episodio y cuando las víctima acudieron a ese Ministerio Público y radicaron la denuncia, salieron a la luz las presuntas irregularidades que luego motivaron el pedido de allanamiento y el secuestro de la documentación que hoy estará en manos del fiscal de la causa.

En paralelo, el jefe de la Unidad Regional local, José de la Cruz Castillo, ordenó la separación de Ferreira de su cargo de subcomisario de la Seccional Quinta. Curiosamente, ayer circuló la versión de que sería trasladado a otra jurisdicción, a pesar de los delitos por los que está sospechado.