Un joven "callado y tímido", "muy inteligente", pero aquejado por una variante de autismo, así es como definieron sus conocidos a Adam Lanza, el autor de la matanza de Newtown. Su familia quedó en el centro de la escena desde ayer ya que la madre se encontraba entre las víctimas y, ante la ausencia de información oficial, su hermano fue la primera persona consignada como presunto asesino por la mayoría de los medios que citaron fuentes policiales anónimas.

Al día siguiente de los hechos, con mayor claridad, pudieron conocerse algunos detalles más de su vida social. "Sé que Nancy tenía dos hijos, uno muy exitoso que vive fuera y otro muy antisocial", señaló Dan Holmes, un amigo de la madre, a la agencia española Efe. Victoria Muñoz, otra amiga, agregó que aunque Nancy "era muy reservada y no solía hablar de sus hijos, dijo una vez que estaba cada vez más preocupada por su hijo menor". Muñoz precisó que éste "tenía síndrome de Asperger (una variante del autismo).

El jóven asesino y su madre vivían en la calle Yogananda, una de las principales arterias de un tranquilo barrio de clase media-alta ubicado a pocos kilómetros de la primaria Sandy Hook. Allí los vecinos no recordaban haber reparado especialmente en el chico, salvo por Kathy Brophy, cuyo hijo solía jugar de pequeño con Lanza. "Era un chico muy tímido, bastante retraído", recuerda.

Ese carácter reservado dificulta rastrear los posibles motivos que lo llevaron a disparar contra niños. No tiene perfil en ninguna red social y su cara ni siquiera aparece en la foto de su clase en la promoción 2010 del Newtown High School. Apenas la cadena televisiva NBC esbozó como hipótesis un supuesto altercado con cuatro miembros de la plantilla de la escuela el día anterior a la matanza. Tres de las cuatro personas que aparentemente discutieron con él murieron en el tiroteo mientras que la cuarta no se encontraba en el colegio en el momento de los disparos y estaría siendo interrogada por la policía federal y los investigadores. «

Efe y Ansa.

El dato

Otro tiroteo

Un hombre entró armado al hospital St. Vincent de Birmingham (Alabama) y abrió fuego contra las personas que se encontraban presentes. El sujeto hirió a dos empleados del centro de salud y a un oficial, antes de ser abatido por la policía.