Este hombre de 49 años, siete hijos y dos matrimonios, maneja una serie de compañías clave para Moyano y el sindicato de Camioneros. Vive entre Buenos Aires y Bahía Blanca, de donde es oriundo. Tiene un casa en el exclusivo barrio Palihue y se lo conoce como la cabeza de un grupo de bahienses denominados “los Moyano boys”.

Su extremado bajo perfil lo mantuvo alejado de la mirilla de los medios hasta ahora. Su poder económico, su influencia y su llegada al jefe sindical superan con creces al dueño de Covelia, Ricardo Depresbiteris.

Los vínculos empresariales de Elías con el líder camionero son recurrentes, por eso quienes los conocen hablan de una “sociedad” entre ambos. En Bahía Blanca, Elías es vicepresidente de la Unión Industrial local, cuyo presidente es precisamente su socio Gustavo Damiani. Ambos son titulares de Ivetra, el Instituto Verificador del Transporte, junto a Daniel Llermanos, el abogado penalista de Moyano.

Ivetra es la empresa montada para cobrar peaje a unas 5 mil empresas de camiones en el puerto. Su finalidad es recaudar para montar en el puerto una red de servicios para los afiliados camioneros. Cobra 67 dólares por contenedor que ingresa al puerto, unos 45 mil por mes, lo que da una facturación de más de 3 millones de dólares mensuales.

Nexos. Elías es también director suplente en representación de Camioneros en el Ferrocarril Belgrano Cargas, donde el sindicato tiene el 6 por ciento de las acciones. En el puerto, logró que dos de los sindicatos marítimos enfrentados históricamente se aliaran y terminaran con los conflictos. De paso, le resolvió un problema a Moyano.

Tanto sus aliados como sus enemigos lo definen como “hosco” y “brillante”. “Es el asesor más inteligente que tiene Moyano y al que más escucha. Gustavo tiene hasta el sexto grado de la primaria, pero es una luz para los negocios”, contó a PERFIL un hombre que lo conoce desde hace años.

“Elías es Moyano, pero logrará trascenderlo. Cuando Moyano ya no esté en el poder gremial, Elías va a seguir facturando millones”, reflexionó un hombre del entorno del camionero. Elías detesta la exposición pública. Como Moyano, evita ostentar lo que tiene –en Bahía se habla de que “es dueño de media ciudad”–, le gusta vestirse con sencillez y tiene una relación de idas y vueltas con el Gobierno. Tiene excelente relación con Zulet.

“Su relación con Moyano comenzó a fines de los 90. Elías tenía una maderera que fabrica los palets para los camiones y lo buscó para crear el primer parador para los camioneros en el puerto de Bahía, y desde entonces se hicieron grandes amigos”, cuenta un allegado al empresario.

El “Turco” Elías fundó Chenyi en 2002, una empresa de logística de transporte de cargas peligrosas con sede en Puerto Madero. En esa compañía, cabeza de su holding, figuró que trabajaba Valeria Salerno, a quien Moyano define como “mi hija”. Se trata de la hija de su actual mujer, Liliana Zulet. Según voceros de la compañía, la joven de 31 años, trabajó sólo cinco meses en Chenyi, luego de que Moyano le pidiera a Elías que le dé trabajo a su hijastra. De acuerdo con los informes de la Anses, Salerno trabajó en la empresa de transporte desde enero de 2003 hasta agosto de 2007. Antes de 2003, figura como empleada de la Federación de Camioneros. En 2006, cuando todavía estaba en Chenyi, pasó a figurar como accionista en Iarai, la gerenciadora que creó su madre, Zulet, para administrar la obra social de Camioneros.

A partir de entonces, Salerno pasó a integrar la composición accionaria de casi todas las empresas de Moyano y su mujer: Iarai, la constructora Aconra y el taller de ropa de trabajo y maderera metálica Dixey. Todas son proveedoras de la obra social de camioneros. El empresario es además creador del Club Camión Argentino SA, una copia del Automóvil Club Argentino, diseñado para los afiliados a Camioneros.