El dueño del ‘El zapallo loco’, un mercado ubicado en la Ruta 205 kilómetro 64, vivió una jornada para el olvido. Tres delincuentes armados lo asaltaron en el barrio Los Aromos y le provocaron una herida cortante en la cabeza, producto de un culatazo.

El ataque se inició con un solo delincuente. Cuando el verdulero se resistió, otros dos malvivientes bajaron de un auto y sí lograron reducirlo y pegarle en plena vía pública, en las cercanías del Estadio Arín. “Fue un momento de mierda”, resumió el comerciante.

El episodio relatado por la propia víctima a El Ciudadano sucedió en Sarmiento entre Paraguay y Perú, a eso de las 5. Un asalto planificado y nada habitual para la hora.

“Me sucedió justo frente a la canchita. Salí de casa y vi un auto parado a una cuadra. Me llamó la atención pero no le di importancia, aunque tuve un ligero presentimiento. Cuando volví a salir de casa por segunda vez para poner en marcha el colectivo con el que hago la compra en el Mercado, me estaban esperando atrás del transporte”, indicó Ezequiel Holek, de 36 años.

“Tenían un auto importado, clarito, de un modelo viejo. Me estaban esperando. Uno me la puso y después vinieron los otros dos, porque me resistí un poco. Los tres tenían armas. Uno me apoyó la pistola en la cabeza y el otro me dio un culatazo cuando le saqué la mano al primero que me apuntó. Le di un manotazo y otro de atrás se apareció y me pegó. Al caer al piso me ataron las manos y los pies con cinta de embalar”, relató.

Al rato logró desatarse y ensangrentado como estaba ingresó a su casa. Despertó a su mujer y llamaron al 911. Los pistoleros ya se habían ido. Antes de escapar, le dijeron: “Te entregaron, loco”.

Holek precisó que “No querían los cheques. Fueron directamente a la plata. Allá en el Mercado compras con efectivo. Me hicieron pelota con la plata que se llevaron. Lo único que tengo que agradecer es que no me pegaron un tiro y no entraron a la casa donde dormía mi familia”. 

Los sospechosos se fueron en el auto en medio de una soledad sepulcral. “No podían ir muy rápido en ese auto pero se escaparon”. Horas más tarde un chico le recuperó su billetera con documentación en Del Carmen y Paraguay.

Con algo de bronca Holek comentó: “Seguramente me estuvieron estudiando cuando salgo a la mañana. El colectivo queda parado afuera de la casa. Vieron todo los movimientos que realizo habitualmente para ponerlo en marcha. Hace como cinco meses me pasó algo similar cuando sacaba la camioneta, pero pude escaparme”.

El episodio finalizó con un capítulo inesperado. Al rato del robo sonó el teléfono fijo en la casa del matrimonio. La esposa atendió y del otro lado una voz masculina le dijo: “Se la dimos’”. 

“Yo volvía del hospital cuando me enteré por ella, que me lo contó llorando. Me habían llevado los policías en el patrullero. No lo podía creer. Fue como burlarse, como decir ´esta vez no te escapaste´”.

Holek está en pareja y tiene tres hijas. También hijo de comerciantes, vive en Los Aromos desde finales de los ´90. Hace unos tres años le entraron a su casa mientras dormía y le llevaron una cartera. Ahora fueron por mucho más.