Artur Mas asegura que seguirá adelante y el frente secesionista se resquebraja

Artur Mas asegura que seguirá adelante y el frente secesionista se resquebraja

El presidente catalán ratificó hoy que seguirá adelante después de que el CUP decidió vetar su reelección y ofreció apoyar al líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para evitar nuevas elecciones y que descarrile el proceso secesionista de Cataluña.

Por su parte, Junqueras pidió que continúen las negociaciones entre Mas y la CUP: "Todo lo que nos jugamos es mucho más importante; seamos consecuentes", dijo.

"Estoy tranquilísimo, con ganas de luchar, de tirar hacia adelante, y de hacer frente a algunos de aquí que ponen las cosas excesivamente difíciles", afirmó Mas en sus primeras declaraciones luego de que la CUP (Candidatura d' Unitat Popular) resolvió ayer no apoyar su continuidad al frente del gobierno catalán, lo que llevará a elecciones anticipadas.

En ese sentido, el Jefe del gobierno regional en funciones dijo que también tiene "ganas de plantar cara a los poderes de Madrid, que siempre han intentado que este país no tirara adelante".

De esta forma, Mas dejó en claro que no sólo no renunciará a su candidatura, como exigió el partido anticapitalista y secesionista CUP que hoy presionó a favor de su socio independentista Junqueras, sino que volvería a competir por la presidencia del gobierno catalán con el objetivo de impulsar su plan de secesión. 

El dirigente catalán hizo estas declaraciones antes de participar del comité ejecutivo de su partido, Convergencia Democràtica de Catalunya (CDC), que mañana defenderá esta misma postura ante el resto de los integrantes de la heterogénea coalición independentista Junts pel Sí (JxSí), que venció en los comicios de septiembre, pero sin mayoría suficiente para formar gobierno. 

 De ahí que necesitaban y pretendían el apoyo de la CUP, que comparte el ideario secesionista, para iniciar un gobierno de "transición" hacia la creación de un Estado catalán independiente. 

Pero "ayer la CUP decidió que es más importante la ideología que la independencia", sostuvo hoy en conferencia de prensa Josep Rull, el coordinador general de CDC, quien acusó a los anticapitalistas de haberse puesto del lado de "los poderes fácticos y políticos del Estado" español. 

Rull remarcó que no cambiarán de candidato y que "después de haber negociado a fondo, la pelota sigue en las manos de la CUP, y sino pasará en las manos de los ciudadanos y ciudadanos de Cataluña", sugiriendo que habrá comicios una vez que se agote el plazo fijado por ley para formar gobierno, que vence el 10 de enero. 

En un último intento por evitar los nuevos comicios, la diputada de la CUP Anna Gabriel había afirmado previamente que los anticapitalistas apoyarían de forma "unánime" a un candidato de ERC como Oriol Junqueras o un independiente como Raul Romeva, quien encabezó la lista de JxSí.

"Un candidato distinto a Mas -tampoco descartó el respaldo a algún miembro de CDC- incluso podría sumar el apoyo de Catalunya Sí que es Pot, el grupo en el que está integrado Podemos", dijo Gabriel en entrevista con Catalunya Radio. 

"No pedimos un liderazgo de extrema izquierda, pero sí más cómodo para esta transversalidad del independentismo", añadió la diputada de la CUP, quien cree que el veto de su partido puede "acelerar" el proceso de secesión.

Ante el pedido de Gabriel, Joan Tardà, un reconocido diputado de ERC en el Congreso de Madrid, se convirtió en el primer dirigente de su partido en pedir a Mas que dé un paso al costado. 

 "Momento de grandes decisiones y patriotismo. Si Mas da un paso al lado y cede la Presidencia a un miembro de su partido, hacemos Govern y el proceso va hacia adelante", escribió Tardà en su cuenta de Twitter. 

ERC, que suscribió un acuerdo con Mas para conformar JxSí que incluía el apoyo a su candidatura al frente del gobierno catalán, celebró su propia reunión ejecutiva y a su término el líder de la formación, Oriol Junqueras, acusó de "irresponsabilidad" tanto a JxSí como a la CUP. 

"El acuerdo todavía es posible y es factible; hace falta que se sienten a hablar", subrayó el dirigente, que se ofreció a "ayudar en lo que haga falta". 

Sin embargo, el acuerdo se presenta casi imposible luego de que el propio líder de la CUP en el parlamento catalán, Antonio Baños, quien estaba a favor de la investidura de Mas, renunció a su escaño. 

"Me voy porque me siento incapaz de defender la postura adoptada mayoritariamente ese día (en referencia al veto de la CUP a Mas). Una postura política discrepantes con las ideas y objetivos por los que decidí presentarme como candidato a las elecciones del pasado 27S", manifestó Baños en un comunicado.

El ya ex líder de la CUP escribió que su única la motivación era conseguir que en esta legislatura se produjera una "ruptura irreversible con España" y, pese a que existía el mandato de las urnas, "es evidente que no he podido o sabido cumplir". 

Ante este escenario, los partidos catalanes contrarios a la secesión dieron por descontado que Cataluña tendrá que acudir a las urnas nuevamente -la fecha prevista por ley es la primera semana de marzo- ante la incapacidad del bloque independentista de llegar a un acuerdo para reelegir a Mas después de más de tres meses de negociaciones iniciadas tras los comicios regionales del 27 de septiembre.

La lista unitaria JxSí, impulsada por Mas con la intención de conseguir una mayoría amplia para avanzar hacia la ruptura con España en aquellas elecciones, logró 62 disputados y se quedó a 6 de la mayoría absoluta -y 2 de la simple- por lo que sólo la CUP, que cuenta con diez diputados y comparte del objetivo de la independencia, podía brindarle su apoyo. 

Inés Arrimadas, la líder del opositor partido Ciudadanos, consideró que el escenario de los comicios es "el menos malo" y, supone "una oportunidad para no depender más de Mas" y de su obsesión por "aferrarse a la silla". 

Por su parte, Xavier García Albiol, el líder del Partido Popular (PP) de Cataluña consideró que lo ocurrido prácticamente "sentencia el proceso secesionista", pero abogó por un acuerdo postelectoral entre los partidos "constitucionalistas" para poner "punto y final a la etapa más gris, triste y ridícula de la política catalana en los últimos 35 años".

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