Arroyo-Vidal, el regreso de una foto que pocos esperaban

“Lo último que me hubiese imaginado es volver a ver una foto de Vidal y Arroyo”. La frase pertenece a un dirigente de Cambiemos, que fue testigo una y otra vez de los desplantes y los enojos de la gobernadora y sus más estrechos colaboradores para con el intendente de Mar del Plata. 

Sin embargo, en el mundo de la política todo es posible y aquel ser venenoso, al que todos evitaban, en pocos días se sacó fotos con la propia gobernadora, con el presidente de la Cámara de Diputados Manuel Moscay varios dirigentes de primera línea de Cambiemos.

Arroyo, que parecía fuera de la carrera por la Intendencia en Cambiemos, resucitó. Y hoy nadie se atreve a descartarlo. “Está mejor que nunca”, tiró un estrecho colaborador del intendente en las últimas horas.

El intendente se cruzó con Vidal en la Semana Social y si bien no se volvieron íntimos de la noche a la mañana, los saludos con un beso y la foto de los dos fue un gesto más que suficiente para mostrar a propios y extraños que el jefe comunal no está muerto.

¿Qué cambió? Arroyo mejoró algunos aspectos. Al menos, no se mete en polémicas gratuitas e innecesarias como hacía tiempo atrás. Pero la explicación más concreta hace falta buscarla fuera de las fronteras de Mar del Plata: la corrida cambiaria y la inflación descontrolada que golpearon la imagen de los gobiernos nacional y provincial.

El plan del Pro de tener un intendente propio en Mar del Plata estaba sostenido, principalmente, en una imagen fuerte de Macri y Vidal. “Si llegamos fuertes a 2019 vamos a buscar un candidato propio”, confesó días antes de las legislativas de 2017 un alto dirigente del Pro. Ese día, por primera vez, salió al ruedo el nombre de Guillermo Montenegro, el diputado nacional marplatense que a fin del año pasado decidió radicarse en Mar del Plata para posicionarse de cara a las próximas elecciones.

Ahora en Cambiemos se habla de una gran interna, con todos los sectores, para definir quién será el candidato a intendente. En ese escenario, Arroyo y Vilma Baragiola tienen algo de ventaja sobre Guillermo Montenegro y Maximiliano Abad, pues son los de mayor nivel de conocimiento entre los marplatenses. Hoy por hoy, todo indica que la concejal radical es la que más votos tiene en su costal, pero en el entorno del jefe comunal recuerdan que en la Paso de 2015 ya pudieron vencerla.

El objetivo  de esta estrategia es que todos sumen para Cambiemos. Arroyo había amenazado más de una vez en competir por fuera de Cambiemos. No tenía chances de ganar, pero sí le daba capacidad de daño: los puntos consolidados que tiene (algunos hablan de 8-10 otros se estiran a 12-14) son todos de votantes de Cambiemos. Y en este escenario no se puede dar el lujo de dejar escapar ningún voto.

Por eso, en el acto del Día de la Bandera la presencia del presidente de la Cámara de Diputados de la provincia Manuel Mosca fue tomada como una señal de reconciliación. Y la confirmación fue el beso con Vidal en la Semana Social.

¿Esto altera el plan de Montenegro? La respuesta desde el entorno del exministro de Seguridad porteña es una foto: está él a punto de abrazarse con Vidal, en el inicio de la Semana Social “El apoyo sigue intacto y él sigue decidido a jugar en Mar del Plata”, acotaron.

Sin embargo, otros dirigentes de Cambiemos en Mar del Plata señalaron que con el nuevo escenario nacional, el jefe de Gabinete Federico Salvai, armador electoral en el territorio bonaerense, les dio vía libre a todos los “aspirantes”. “Ustedes sigan caminando, el que quiera competir podrá hacerlo”, les habría dicho.

El jefe del bloque de los diputados provinciales de Cambiemos está a la espera de que el panorama se aclare para volver a intensificar sus actividades. Su plan sigue en pie, aunque es consciente de que en un escenario desfavorable será más difícil pelear por su candidatura.

Falta mucho tiempo y si algo quedó demostrado en las últimas semanas es que en días pueden cambiar las cosas. Y que lo que parecía imposible ya no lo es tanto.

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