Arroyo reaccionó rápido, pero el corte de cabeza no termina con el papelón

Arroyo reaccionó rápido, pero el corte de cabeza no termina con el papelón

El intendente tomó la decisión correcta al echar a Miguel Guzmán del Emvial, pero todavía quedan cuestiones por dilucidar. La más importante: el plan del intendente para Mar del Plata. 

La decisión de cortarle la cabeza a Miguel Guzmán no fue fácil paraCarlos Arroyo. Es cierto que se trataba de un funcionario de su riñón, por el que tenía (tiene aún) un cariño especial, pero todos los que están en política saben que los errores groseros se pagan. La situación protagonizada por el expresidente del Emvial reúne los condimentos necesarios para superar con creces la barrera de lo grosero: fue un papelón.

Sin embargo, el principal dolor para el intendente fue que el escándalo lo reveló el diario La Capital, principal rival de Arroyo por estas horas.

Había dos caminos a seguir: aguantar el embate y defender a Guzmán a como dé lugar o echarlo. La primera hubiese sido posible en otro contexto. Lo cierto es que la información publicada y las declaraciones posteriores de Guzmán en Radio Residencias no dejaban mucho margen de acción.

El extitular del Emvial usó una camioneta oficial para llevar a su hija a San Luis. Volcó y destruyó el vehículo. Luego dijo que el hecho había ocurrido en Córdoba y que la camioneta había sufrido un desperfecto en el motor. La prueba que derrumbó su mentira estaba colgada en Internet desde el 9 de enero último: un sitio de San Luis había publicado el accidente, con detalles de cómo ocurrió y la foto de la camioneta con el techo desecho.

Guzmán le mintió al periodista de La Capital que le preguntó por el accidente. Le mintió también a los periodistas de Residencias que le preguntaron por el hecho. ¿Le mintió a Arroyo? Falta esa respuesta. Hubiese sido muy difícil elaborar una estrategia creíble para defenderlo. Intentarlo le hubiera generado a Arroyo más de un dolor de cabeza. Y, a pesar de convertir esta salida en un reconocimiento a La Capital, Arroyo echó al titular del Emvial. Tomó la decisión correcta.

No obstante, sería inocente suponer que la decisión del jefe comunal dio por terminado el asunto. Aún quedan explicaciones por dar. El pedido conjunto de todos los bloques opositores de que este caso termine en la Justicia es demasiado ambicioso, pero entre la salida de Guzmán y una causa penal hay muchas cuestiones intermedias que deben dilucidarse.

¿Los arreglos de la camioneta los pagará el Emvial o Guzmán? ¿Corresponden sanciones más allá de haber perdido el trabajo? ¿Dónde está la camioneta? Faltan varios capítulos en esta novela.

En dos meses y medio Arroyo sufrió la baja de dos integrantes de su gabinete. Primero fue Julio Razona, el elegido como secretario de Seguridad, un puesto clave para una ciudad en donde las quejas por los constantes robos se repiten a diario. El abogado penalista se fue en medio de denuncias de corrupción y falta de apoyo del jefe político de la ciudad. Ahora le tocó el turno a Guzmán, envuelto en una polémica por usar un vehículo oficial para un fin personal.

Esto no hace más que reforzar la idea de que el intendente no tenía un equipo acorde para hacerse cargo de General Pueyrredon. Aunque a esta altura la discusión acerca de si lo tenía o no es estéril: debe gobernar Mar del Plata.

Los funcionarios siguen su desfile por el Concejo Deliberante para contar sus planes para este año. Y siguen las críticas de la oposición por falta de precisiones sobre esos planes. En algunos casos hay buenas intenciones, en otros ni siquiera eso, pero lo cierto es que nada se refleja en el presupuesto.

“Me voy porque esto me da vergüenza”, dijo un funcionario del gabinete cuando Ana María Crovetto exponía ante los concejales. Los pocos testigos que estaban allí se quedaron perplejos ante la honestidad brutal, aunque ante todo lo consideraron eso: una frase honesta. Ni los propios pudieron defender a la secretaria de Educación tras su paso por la comisión de Hacienda. Fue el caso más emblemático, pero lamentablemente no fue el único.

Hasta el momento, el jefe comunal no encontró la manera de hacer convivir la idea de que el municipio está en crisis económica y financiera, pero que eso no impide que se puedan hacer cosas para mejorar la calidad de vida de los marplatenses. Debe hacerlo, de lo contrario los marplatenses nos resignaremos a un 2016 de letargo.

Arroyo demostró que tiene la determinación de enfrentarse con el dueño del multimedios La Capital, Aldrey Iglesias. Este miércoles confirmó que se atreve a echar a funcionarios, sin importar quién sea. Es hora de que demuestre que, además, tiene un plan para Mar del Plata.

Comentá la nota