Arroyo, entre la intervención y la refundación

Arroyo, entre la intervención y la refundación

Los problemas que atraviesa la gestión se agudizaron en las últimas dos semanas. Los nuevos nombres que sumó el intendente están más vinculados al Pro. Pero aún faltan. En menos de 4 meses hay una necesidad de relanzar el gobierno.

Si los primeros 100 días de gestión fueron intensos para Carlos Fernando Arroyo, los 12 siguientes fueron una hoguera. Y este miércoles, un infierno. Dos días antes de dar su discurso en la apertura de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante, el intendente debe enfrentarse a la salida de seis funcionarios del gabinete, cinco de ellos de primera línea.

A la innegable crisis política que atraviesa la gestión de General Pueyrredon se le suman los problemas financieros que, lejos de solucionarse, se profundizan. Arroyo tiene la necesidad de refundar su gobierno a menos de 4 meses de asumir.

El panorama parece sombrío, pero, casi imperceptibles, Arroyo está dando algunas señales dirigidas a sectores clave: la Provincia y la Nación.

Semanas atrás, desde este mismo espacio, contábamos que el macrismo no quería soltarle la mano al intendente de Mar del Plata por lo que representa la ciudad, pero esperaban que Arroyo aceptara ayuda. La traducción política de esa ayuda es que el jefe comunal acepte que loslaboratorios del Pro tengan mayor injerencia en el manejo de las políticas marplatenses.

El primer intento fue fallido: dos dirigentes desembarcaron en la ciudad, pero Arroyo lo tomó como una intromisión y rechazó la ayuda. De aquel desembarco a hoy pasaron varias semanas y, fundamentalmente, varias polémicas y escándalos.

Ahora la cosa parece haber cambiado y el Pro comienza a ganar cada vez más espacio en las decisiones. “Es una buena mina, muy laburadora, con muchas ganas. Y lo más importante es que está bien con la gente del Pro en Buenos Aires”, así definió una fuente del Ejecutivo municipal a Silvana Rojas, la flamante secretaria de Cultura.

La reemplazante de Sebastián Puglisi llegó de la mano de la Fundación Pensar, el Think Tank que tiene el macrismo. De ese mismo sitio proviene el secretario de Salud Gustavo Blanco. En este contexto también se enmarca la decisión de “ascender” a Mario Marchioli a presidente del Ente de Turismo. El exgerente de la cadena hotelera Álvarez Argüelles es, además, un hombre de confianza de Hernán Lombardi, el hombre fuerte de los medios públicos a nivel nacional. Poco a poco, el amarillo gana más espacio en la gestión arroyista.

Esos gestos de Arroyo también tienen una explicación en algo muy inherente al ser humano: el instinto de supervivencia. “No nos mandan guita”, reconocieron desde el Ejecutivo. El intendente sabe que sin fondos de Nación y Provincia es difícil sobrevivir.

Entre medio de la sangría de funcionarios, Arroyo también debe solucionar otro costado de la crisis política: su relación con los radicales. El “trabajo a reglamento” que venían haciendo en el Concejo Deliberante para defender las políticas municipales se convirtió en un “paro de actividades”. La última semana, dos ediles de la UCR (Mario Rodríguez yLuis Rech) frenaron el aumento del boleto de colectivo, cuando el intendente ya tenía todo acordado con los empresarios.

“Arroyo sale a decir que para él no se debe aumentar el boleto ahora y quiere que seamos nosotros los que paguemos el costo”, dijeron, indignados, los radicales por la postura adoptada el jefe comunal. Lejos de asumir ese costo, en el momento de mayor debilidad del jefe comunal, trabaron la suba y abrieron la puerta para un paro del transporte público.

Esta situación abre un interrogante que se develará con el correr de las horas. Arroyo debe cubrir en las próximas horas un cargo clave: secretario de Producción. Desde hace tiempo se vienen barajando nombres, pues la salida de Héctor “Toty” Flores, el funcionario estrella de la gestión según el intendente, era cuestión de tiempo. Sin embargo, hasta el momento, no consiguieron que nadie quiera agarrar ese fierro caliente, que no se pone más rojo por la decisión del Indec de no publicar índices de desempleo.

El color político del nuevo funcionario puede ser un indicio clave para entender cómo seguirá la marcha del gabinete de Arroyo. Si el que entra es un funcionario radical (en su momento se mencionó a Gustavo Schroeder, también a Gustavo “Tato” Serebrinsky, el primer candidato para ese puesto) se puede presumir que el jefe comunal intentará seguir tendiendo puentes con el centenario partido. Si por el contrario llega alguien vinculado al macrismo significará que el intendente virará aún más hacia la “intervención” Pro.

Sea cual fuese la decisión, en menos de 120 días Arroyo enfrenta el desafío de refundar su gobierno. 

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