El ingeniero en Telecomunicaciones, Armando de Giusti, conduce la Facultad de Informática desde 2001, alternando el decanato con Javier Díaz. En mayo del año que viene, esa continuidad se romperá para dejar paso “a las generaciones que vienen detrás”. Así lo aseguró De Giusti, quien recibió a este medio en el Instituto de Investigación en Informática LIDI, que dirige en dicha unidad académica.

—¿Qué importancia le da a la investigación y la tecnología como contribución social?

—Si miramos el mundo, el país y la ciudad, está claro que el valor del conocimiento y el dominio de las tecnologías actuales es muy importante. En los últimos 15 años, el sector software y servicios informáticos creció a un 15% anual y tiene 100.000 empleados. A La Plata debemos defenderla como generadora de conocimientos, teniendo como símbolo la UNLP, con sus 150.000 estudiantes.

—¿Qué balance hace de la política estatal en ciencia y técnica?

—Creo que hay que articular las universidades con el desarrollo científico. En la Provincia, la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación es correcta, porque veníamos de una inversión mucho más baja que la nacional, creyendo que no era necesaria hacerla a nivel bonaerense. Esto era un error, porque Buenos Aires genera el 40% de la producción científica del país. La investigación puede resolver los problemas concretos de la sociedad.

La mirada desde la administración

Tras 16 años al frente de Informática, para De Giusti su ciclo “terminó”. “Se tiene que poner de acuerdo la generación que viene, con la convicción de que la Facultad tiene objetivos que trascienden lo político”, y confirmó que la “candidata natural” que hoy suena es la tres veces vicedecana Patricia Pesado. “Cualquiera puede asumir, no veo problema en cuanto a las personas, lo importante es que los proyectos se continúen”, aseguró. 

—¿Tampoco formará parte en la próxima conducción de la UNLP?

—La verdad es que tras tantos años de gestión, quiero dedicarme a investigación y no voy a ocupar ningún cargo.

—Al cabo de este recorrido y mirando hacia atrás, ¿qué análisis hace?

—Con Raúl Perdomo (actual presidente de la UNLP) tenemos una afinidad personal de largo tiempo, por la investigación. Además, coincidimos en el proyecto a futuro. Creo que luego de una etapa de desarrollo de infraestructura en los ciclos de Gustavo Aspiazu y Fernando Tauber, Perdomo le puso tranquilidad. Gestionó la transición política del Gobierno nacional, que siempre es compleja, y en lo interno es muy respetado por su predisposición a resolver los problemas. Gracias a su gestión, hoy tenemos una universidad en paz.