PJ, ardiente: fugas y rebeldías anticipan ruptura con Cristina

PJ, ardiente: fugas y rebeldías anticipan ruptura con Cristina

 "Ayer perdimos la elección del 2019". Lo dice un peronista, un dirigente jóven y con territorio, que como muchos otros bracea para clausurar el ciclo K pero, por ahora, sin tirar barro sobre Cristina de Kirchner.

Puede sonar extrema al faltar una eternidad para la próxima presidencial, pero la frase es devastadora y grafica la atmósfera del PJ. El escándalo que protagonizó José Francisco López, además de sembrar el pánico entre dirigentes que lo frecuentaron, operó como una trompada en la mandíbula. En las últimas semanas, el peronismo empezaba a bosquejar una hoja de ruta para transitar el despoder.

Ninguna magia. Colaboró Mauricio Macri con sus tropiezos en la gestión y un destrato general que solo intentan moderar Rogelio Frigerio Emilio Monzó paro dificultar el hecho de que un peronista con poder quiera migrar al PRO. El peronismo no vende futuro por sí mismo pero tampoco el macrismo ofrece premios seductores. "El peronismo es parte del pasado que queremos desterrar..." repite, como mandamiento, Marcos Peña y no traza distinciones: asume al PJ como una estirpe y valida aquella ironía borgeana de que son incorregibles.

El escándalo de López fugando en la noche con una carabina y sus bultos de dólares detonó un proceso que el macrismo hasta ahora no había logrado activar: una crisis que conduce a aislar al cristinismo y, sobre todo, a La Cámpora. Lo primero abarca a lo segundo; lo segundo no es el todo.

En las últimas horas, diputados y senadores cristalizaron en el Congreso ese fenómeno. Sólo 10 senadores votaron en contra de los pliegos de Horacio Rosatti Carlos Rosenkranz y anoche, más de 10 diputados del FpV-PJ votaban a favor de la reforma previsional macrista: tres entrerrianos, tres sanjuaninos -entre ellos José Luis Gioja, el chaqueñoJuan Manuel Pedrini, la santafesina Silvina Frana y, quizá, los tucumanos que reportan a José Alperovich yJuan Manzur. A este duo, les estalló en la cara, más que a otros, el episodio López porque el exsecretario entró al Parlasur como cabeza de la boleta de esa provincia.

Pero, por ahora, solo los tres misiones que comanda Mauricio Closs fugaron del bloque. Es una lógica que vincula al gobernador Hugo Pasalacqua con el ex Carlos Rovira, y la coronación de una pretensión añeja de moverse con antonomía. López fue la excusa perfecta. Como podría serlo, también, para intendentes como Ismael Passaglia (San Nicolás) y Hernán Bertellys (Azul) que ensayan piruetas que podrían paralos cerca, o dentro, del PRO.

Pero tanto en los expedientes de los cortesanos como con el paquete previsional los votos PJ que se sumaron post López no fueron determinantes para la aprobación pero operaron como gestuales y explicitan un shock contra los mandatos que Cristina baja a través de su hijo Máximo Kirchner. Los mismos legisladores que antes obedecían a El Calafate esta vez votan según el pedido de sus gobernadores.

La captura con rasgos de thriller de López fue un cisne negro político. Alteró el mapa y las posiciones de los jugadores. Devolvió a Macri un capital que se le fugaba. Quizá hubo más de azares que de conspiraciones en el proceso pero el resultado final es el mismo: Macri ganó tiempo y potencia.

Las hipótesis van desde un brote nervioso a una operación de inteligencia o, la versión más repetida por los K, a "una cama" de otro implicado que le ofreció una ruta para guardar y luego sacar los millones de dólares pero lo entregó. El color lo aporta la historia de un GPS en el vehículo para rastrear la Meriva hasta el convento, lo que permitió que la policía llegue, casi en paralelo, a López. Si fue así, Macri debería cederle el mando de la política a Gustavo Arribas, su amigo jefe de la AFI .

La antihipótesis, la que atribuye el episodio a una reacción desesperada más que a una emboscada, es la más temible porque López, que ante la Justicia pareció sufrir un golpe de amnesia, es el portador de datos y verdades sobre el inmenso mundo de la política y los negocios empresarios. ¿Qué dirá López cuando deba explicar de dónde sacó los casi 9 millones de dólares? La línea principal apunta a De Vido pero el abaníco es enorme. Anteayer, en el bloque de Diputados, el episodio estalló por el lado del ministro de Planificación cuando se discutió qué hacer ante el planteo para permitir allanamientos. "Si no lo podemos dejar solo, tampoco lo podemos proteger: renunciemos todos los fueros" apuró Leo Grosso, diputado del Movimiento Evita. La idea no prosperó pero fue el aviso de que algo está irreversiblemente roto.

De fondo, late la tesis -o la convicción- de que, tarde o temprano, el fuego alcanzará a Cristina como antes alcanzó a los jefes peronistas que perdieron el poder: a Juan Perón con un largo exilio; a Carlos Menem con 167 días de prisión.

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