Aranguren se retira de Shell y se incorporaría al macrismo

Aranguren se retira de Shell y se incorporaría al macrismo

Dejará la compañía en junio y será reemplazado por Teófilo Lacroze; tiene conversaciones con la coalición que encabezan Macri, Carrió y Sanz

Una curiosa coincidencia acompañó los últimos años de carrera de Juan José Aranguren. Llegó a la presidencia de Shellen los albores del kirchnerismo y la dejará el 30 de junio, según informó ayer la empresa, apenas seis meses antes del final del actual ciclo político.

En el medio, se enfrentó con el ex presidente Néstor Kirchner (el mismísimo patagónico convocó a un boicot contra la empresa en 2005); el ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien le sembró casi 60 demandas penales, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, con quien puede hablar pese a las diferencias.

En todos los casos, Aranguren respondió según lo que consideraba que estaba en línea con la ley y la Constitución. Y así lo hizo saber.

Las peleas con el kirchnerismo y su estilo dirigencial, más sobresaliente aún por el silencio público que cultivaron en largos tramos de la última década los empresarios que, por lo bajo, criticaban las medidas del Gobierno, provocaron el interés de distintas fuerzas políticas por sumar a la figura del petrolero.

Aranguren, que ayer prefirió no hablar, decidió hace tiempo que cuando dejara su oficina de Diagonal Norte pasaría al ruedo partidario. Para eso se prepara desde hace meses.

Aunque es un especialista en petróleo, quiere saber mucho más de todo lo que tenga que ver con la energía, por lo que empezó un curso en el Centro de Estudios de la Actividad Regulatoria Energética en la Universidad de Buenos Aires. Y hace tiempo que se preocupa por seguir con más profundidad la actualidad de otros segmentos. Entre los rubros energéticos, cree que el sector eléctrico es uno de los más perjudicados por la política kirchnerista.

ANTES DE DICIEMBRE

Para madurar la decisión Aranguren pasó por distintas reflexiones. Cada vez que se lo preguntaron dijo que no le parecía apropiado hablar de sus preferencias políticas antes de dejar la empresa. La última vez que lo repitió fue la semana pasada, en la inauguración de una estación de servicio de la empresa en Nordelta. Pero tenía clara conciencia de que no podría sumarse en diciembre al proyecto de un candidato ganador, sino que debería hablar de sus simpatías antes, para que su anuncio gravite en las elecciones.

Cuando el periodista Ernesto Tenembaum le preguntó a quién votaría este año en caso de que se presentaran Macri, Sergio Massa y Daniel Scioli, el petrolero se inclinó por el primero. Claro que faltaba su primera opción: la diputada Elisa Carrió, a quien votó en las últimas elecciones. Por lo que el círculo para que Aranguren, quien también participó en reuniones con legisladores radicales, se meta en la política de partidos se cerró por completo el sábado, cuando la convención de la UCR aceptó el acuerdo de Ernesto Sanz con el líder del Pro y la fundadora de la Coalición Cívica. "¿Todavía tenés alguna duda?", le respondió ayer a LA NACION un estrecho colaborador del presidente de Shell.

Si le dan a elegir, Aranguren prefiere un cargo ejecutivo antes que legislativo. Le gustaría conducir YPF, pero no es su única opción. También aceptaría la jefatura de un ministerio que talle en toda el área energética.

Su mirada parte del liberalismo. Cree que los precios de la energía deben estar alineados con los internacionales y que la intervención del mercado termina por perjudicar al consumidor. Pero no parece tener una aproximación fundamentalista a los problemas del sector.

Cuando lo llamaron para firmar un acuerdo que le pareció razonable, como en diciembre del año pasado, aceptó el convite, hizo sus planteos, lo firmó y lo cumplió.

El lugar que deje el presidente de Shell será ocupado por Teófilo Lacroze, otro histórico de la empresa, adonde llegó en 1996. Aunque la decisión final se tomó en Europa, Aranguren tuvo ingerencia desde la Argentina. Era de esperarse para un hombre que transitó los últimos 37 años los pasillos internacionales de la misma compañía.

UNA MOLESTIA PARA EL KIRCHNERISMO

Juan José Aranguren

Presidente de Shell

Profesión: ingeniero químico.

 

Aunque los precios de los combustibles eran libres, Néstor Kirchner quería mantenerlos controlados a pura presión. En 2005, Shell aplicó un aumento y Kirchner llamó a no comprarle a la empresa "ni una lata de aceite". La empresa sostuvo su decisiónEl año pasado Kicillof acusó a Aranguren de promover una corrida. El ejecutivo se lo desmintió personalmente y ahora tienen diálogo cuando el funcionario se lo pide

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