Arabia Saudita bombardeó una cárcel en Yemen, hay 60 muertos

Arabia Saudita bombardeó una cárcel en Yemen, hay 60 muertos

Mientras la ONU intenta reanudar un diálogo de paz e imponer una nueva tregua, Arabia Saudita bombardeó una cárcel controlada por el movimiento rebelde hutí.

En medio de la noche, aviones sauditas bombardearon un complejo de seguridad -donde se encuentra la cárcel- en la localidad de Al Zaidia, al norte del puerto de la ciudad de Al Hodeida, el único que sigue en manos de los insurgentes, que a principios del año pasado lograron tomar el control de la capital, Yemen, y de casi todo el país. 

Además de los 60 muertos, la mayoría de ellos presos, los ataques aéreos dejaron unos 38 heridos. 

"La situación en el presidio es trágica, muchos de los cuerpos están mutilados", contó por teléfono el gobernador rebelde de Al Zaidia, Abderrahman al Mansab, a la agencia de noticias EFE y advirtió que hay muchos heridos en condición crítica. 

Según explicó Al Mansab, en el momento de los bombardeos, había 120 presos dentro de la cárcel, la mayoría condenados por detenidos comunes o en detención preventiva.

Un habitante de la ciudad contó bajo condición de anonimato a EFE que en la cárcel también había detenidos políticos que se habían opuesto a la toma de la zona por los rebeldes el año pasado.

Al Zaidia está ubicada en el acceso norte de la localidad de Al Hodeida, en una ruta estratégica que une el puerto con el paso fronterizo de Hard, con Arabia Saudita, en en el extremo noroeste del país.

La potencia vecina, que bombardea y mantiene casi completamente aislado a Yemen desde marzo pasado cuando los hutíes forzaron al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi a escapar al exilio, decidió bombardear este complejo de seguridad y, especialmente, la cárcel dentro de él, apenas un día después de que Hadi se negara a apoyar una nueva iniciativa de paz presentada por la ONU. 

El texto de la ONU propone que una vez que las partes en conflicto firmaran el acuerdo de paz, el actual vicepresidente, el general Ali al Ahmar, debería dimitir y Hadi designaría a un nuevo vicepresidente de consenso, al que le entregaría el poder.

El plan de Naciones Unidas también establece que los hutíes tienen que abandonar la capital, Sanaá, y permitir la formación de un gobierno de unidad nacional, que como suele suceder en estos casos, los debe incluir. 

Pero el rechazo inmediato de Hadi sepultó la nueva propuesta de paz y abrió un escenario de más conflicto y muerte, en el país más pobre del mundo árabe. 

A finales de marzo de 2015 y tras el triunfo del movimiento rebelde hutí sobre gran parte del país más pobre del mundo árabe, Arabia Saudita, uno de los más férreos aliados de Estados Unidos en Medio Oriente, armó una inédita coalición de 10 Estados árabes para restituir al presidente reconocido por la comunidad internacional, Hadi.

Desde entonces los bombardeos aéreos de la coalición regional y los combates en el terreno entre los rebeldes hutíes y sus aliados, y las tribus y las milicias pro Hadi convirtieron a gran parte del país en un campo de batalla, en el que ahora pelean con más fuerza milicias extremistas como Al Qaeda y el Estado Islámico.

En sólo 25 años, Yemen, un país de 26 millones de habitantes, sufrió una guerra civil, uno de los episodios más intensos de la llamada Primavera Árabe, un levantamiento armado separatista, una campaña de bombardeos de drones estadounidenses aún en curso y, ahora, este conflicto regional.

Desde que comenzaron los bombardeos sauditas, más de 10.000 personas han muerte en el devastado y empobrecido territorio de Yemen, según informó hace unos meses la ONU.

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