Apuntan contra la película por naturalizar la violencia de género

Desde la Asociación Argentina de Sexología y Educación Sexual consideran que la historia que es furor en las librerías y los cines difunde valores que incentivan una desigualdad y promueven el maltrato

La novela que está siendo furor desde hace varios meses, y que ahora llegó al cine, no ha tenido una gran aceptación en Argentina en las entidades vinculadas a la educación sexual. Tal es así que desde la Aases (Asociación Argentina de Sexología y Educación Sexual) se ha comunicado que la historia de “Cincuenta sombras de Grey” reproduce y naturaliza prácticas vinculadas a la violencia de género. 

En diálogo con PUNTAL, una de las integrantes del ente nacional en nuestra ciudad, Analía Pereyra, analizó lo que envuelve la trama creada por la escritora británica E. L. James (seudónimo de Erika Leonard) y que trata temáticas vinculados al mundo del sadismo y el masoquismo. 

“El análisis se hace desde la educación sexual, por lo que se trabaja sobre la sexualidad, pero desde la educación, quizás el estudio de un sexólogo sería más clínico, desde otro enfoque”, aclara la especialista sobre esta trilogía, que completan: “Cincuenta sombras más oscuras” y “Cincuenta sombras liberadas”. Y asegura: “En una sociedad de la información, donde se dice que los jóvenes están informados y saben todo, en realidad no es así, no es lo mismo que estar educado, con otro con el que se puede trabajar para internalizar cosas. Eso es lo importante, que los chicos puedan analizar entre tanta información”.

Pereyra es integrante de Cesi (Centro de Educación Sexual Integral), que coordina junto con Patricia Menard. Explica que desde el año pasado en Aases se viene analizando lo que producía el libro en tantas mujeres y se viene investigando el fenómeno. “Somos parte de una organización que promueve valores relacionados con la salud, con el placer, con ningún tipo de condicionamientos, esto sin ideologías que repriman”, aseguró. 

- ¿Qué observaron desde el ente sobre el fenómeno?

- Veíamos que muchas mujeres fantasean con el personaje de la historia, Grey, que es un hombre dominador, que somete, que promueve estereotipos relacionados al “amor romántico”, la relación de príncipe y princesa, algo que se tiene que desmitificar: ella virgen, esperando que él la rescate, un millonario que la hace vivir felices, algo que en la realidad no existe, y en todo caso, ¿por qué quiere ser rescatada?, algo que tiene que ver con la desigualdad de género, un hombre superior a la mujer.

- En este sentido, ¿qué análisis se hace de la película con relación a la violencia?

- Vemos que la película promueve la violencia contra la mujer. La protagonista dice frases de mujeres maltratadas, porque él la persigue, usa el teléfono y le regala una computadora para que esté todo el tiempo conectada y él sepa dónde está. Ella se va a visitar a su mamá y él aparece en ese lugar apartado, son cuestiones que tienen que ver con un maltratador y una maltratada. En una relación de dos personas, donde una abusa de su poder sobre otra, es lo que se ve en la película de un modo disfrazado.

La referente de Aases destacó que “las fantasías están buenas, no es malo fantasear, y leer el libro tiene que ver con fantasear, pero no se debe naturalizar ese maltrato, el hecho de que la esté controlando todo el tiempo, de que la aleje de sus amistades”. 

Explicó cuáles son los rasgos de la historia que dan cuenta de estos conceptos: “Son cosas que tienen que ver con un hombre que maltrata, al ser millonario este personaje la manipula constantemente con las cosas que le da. No hay que perder de vista que él tiene un trastorno psicológico, porque si alguien no puede disfrutar de su sexualidad si no es sometiendo a otro, entonces tiene una patología, es algo que no se muestra en la película o se disfraza. En la historia, él tuvo un abandono, sufrió abusos y fue sometido, por lo que él somete”, asegura.

- ¿Qué tipo de prácticas se reproducen en la historia de “Cincuenta...”?

- El protagonista masculino no se involucra emocionalmente de manera íntima, le dice a la chica que él no hace el amor. Luego le muestra un contrato con una práctica que se llama BDSM (Bondage -atadura con cuerdas-, Dominación, Sadismo - obtención del placer al cometer actos de crueldad o dominio- y Masoquismo -obtención del placer al ser víctima de crueldad-), algo en lo que se acuerda entre los que van a tener parte. Existen estas prácticas y no vamos a decir que está mal, pero tienen que ver con momentos en los que se define qué va a hacer cada uno y con qué elementos.

- Desde Aases, ¿qué análisis realizan sobre estas prácticas?

- Planteamos que no es correcta la difusión de prácticas que tienen que ver con el maltrato, con la sumisión, con un hombre controlador y maltratador, del estereotipo del hombre millonario que hace lo que quiere con una chica que no se encuentra en equidad. De hecho, él inicia encuentros sexuales en momentos en los que está enojado, cuando en fragmentos tensos de la película le pega latigazos, por ejemplo.

Pereyra insiste en que el mito del “amor romántico” tiene que ver con una desigualdad de género, “con cosas irreales, y si hablamos de igualdad deberíamos pensar en los mismos derechos para los dos, cuando los dos pueden seducir”, sostiene. Indica, además, que a esta situación solamente la cambiaría un tratamiento psicológico, “porque tiene problemas con la intimidad, en el libro lo cambia el amor de ella, lo que en realidad terminaría perpetuando la violencia en las relaciones”. 

“El discurso de que ‘él me pega pero me quiere, y yo lo voy a cambiar’, es el mismo del de una mujer maltratada, por eso decimos que es una película que promueve la violencia contra la mujer”, asegura Pereyra.

- En lugar de estos valores, ¿qué se promueve desde Aases?

- Desde la educación sexual promovemos y educamos para una sexualidad libre, placentera, saludable, a partir de esta película sería importante discutir estereotipos de género. Desde Aases apuntamos a relaciones desprovistas de violencia, que sean placenteras para ambos (si uno no disfruta, no está bueno), que sean seguras y, en el mejor de los casos, que sean amorosas, ésa sería la escala que se plantea.

- El fenómeno del libro y la película, ¿pueden dar cuenta de una serie de necesidades reprimidas en quienes lo consumen?

- La mayoría de quienes lo consumieron son mujeres, es algo que tiene que ver con un permiso de las mujeres más habilitado a la lectura que a lo visual pornográfico, algo a lo que los hombres sí acceden y las mujeres quizás no se animan. Lo que tiene que ver con las fantasías siempre está bueno, habría que ver si las mujeres que lo leen lo hacen por este tipo de fantasía de lo que tenemos internalizado de una relación como el “amor romántico”. De hecho, el libro hace descripción de escenas que pueden ser excitantes para la mujer y hacen que se conecten con la fantasía, si el libro ayudó a eso, está bueno porque la sexualidad siempre fue un tabú. 

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