Hay que remontarse al Preolímpico 2003 para recordar un golpe inesperado en el debut de un torneo clasificatorio para la selección Argentina. Aquella vez, en el Preolímpico de San Juan de Puerto Rico, el equipo de Rubén Magnano flaqueó ante México que, dato no menor, era dirigido por Guillermo Vecchio. Esa derrota, en definitiva, fue el envión anímico de un equipo que diez días más tarde lograría la clasificación a los Juegos de Grecia con un nivel descomunal, hasta que se topó con los NBA en la final.

Y más allá de que han cambiado los nombres y se trate de un período de adaptación para el 70% del plantel, nada hace pensar que la Argentina pueda sufrir siquiera un cuarto ante el extremadamente débil Paraguay. Su DT, el argentino Ariel Rearte, le imploró hasta el último minuto a Javier Martínez para que sea parte del equipo, pero el base, esta vez, prefirió dar un paso al costado. En realidad, Rearte tiene muy claro el objetivo paraguayo: ganarle en la penúltima fecha de la fase de grupos a México para aspirar a lograr la clasificación a la segunda fase, algo que, desde ya, sería milagroso para ellos.

Para la Argentina no estará nada mal debutar ante el peor equipo del torneo. Se tratará, en definitiva, de una continuación de etapa preparatoria pensando en lo más importante: República Dominicana el sábado, Venezuela el lunes y México el martes, y así, lograr el mejor arrastre de puntos rumbo a la segunda fase. El equipo de Lamas hizo su último entrenamiento en el brillante Poliedro (un verdadero lujazo) el jueves por la tarde, y la mejor noticia es que los doce jugadores están 100% desde lo físico, luego de penar molestias en varios jugadores.