“Entraron el 11 de julio a nuestro terreno. Cuando fuimos a hablar con ellos, antes de que llegara la Policía, se acercaron tres personas. Tenían armas. Nos dijeron que teníamos un par de días para venderles el terreno en cuotas. Nosotros nos negamos y nos dijeron que iban a entrar igual”, contó Manuel Eduardo Budeguer, dueño de una porción de tierra de El Naranjo, donde tiene su casa y produce el abono orgánico que luego vende.
El ultimátum que le pusieron vence hoy.
Según su relato, la Policía llegó ese día y convenció de irse a las 50 personas que habían ingresado tras romper el alambrado. Sin embargo, se ubicaron en el límite del terreno y al otro día volvieron a entrar. Allí levantaron dos casillas y una carpa. Budeguer cree que a esas personas alguien les prometió terrenos en la zona.
El año pasado, fue noticia la cantidad de gente que estaba cambiando su domicilio a ese lugar, en un año electoral. Según contaron los denunciantes, fueron a hablar con las autoridades de la comuna pero no recibieron respuestas. “Mis abuelos fueron inmigrantes que fueron allí a ganarse la vida, donaron un terreno y construyeron la Iglesia. Mi padre nació ahí y yo vivo hace 20 años. La sensación es de indefensión... ¿Cómo puede ser que me avasallen de esa manera?”, concluyó Budeguer.
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