Aparecieron las medias reses robadas en distintas carnicerías de la Ciudad

Aparecieron las medias reses robadas en distintas carnicerías de la Ciudad

El Municipio informó que ya tiene prácticamente esclarecido el misterio de las 76 medias reses desaparecidas. Indicaron que Sosa, el propietario de la cámara frigorífica que las debía custodiar las había vendido en distintos comercios de la zona norte. 

 

Para la Municipalidad de San Luis el misterio de las medias reses robadas la semana pasada estaría resuelto. Según indica un comunicado difundido el sábado a la noche durante distintas pesquisas realizadas por el Cuerpo de Inspectores en las últimas horas lograron encontrar en varias carnicerías del norte de la ciudad la carne que el mismo Luis Alberto Sosa –quien la había denunciado como desaparecida- habría vendido.

“Una de las carnicerías que compró parte de esta carne está situada en el Barrio Eva Perón, otra en Avenida Justo Daract y una tercera en el centro de la Ciudad, en las cercanías de Avenida España. En todos los casos los comprobantes de venta no cuentan en el sellado provisto por Bromatología Municipal y los comerciantes aseguran que Sosa, personalmente, les vendió la carne”, indicó Ricardo Bazla, Subsecretario de Control Comunal.

 

“Da la impresión que Sosa se confió en que la Municipalidad nada haría durante el fin de semana, por eso no dudó en salir el sábado en la mañana a vender la carne en carnicerías de la zona norte de la ciudad. Seguramente no imaginó que el mismo sábado, durante todo el día, íbamos a continuar con las inspecciones que empezamos a hacer la semana pasada por orden del Intendente”, agregó el funcionario.

 

El misterio de las 76 medias reses comenzó el jueves pasado cuando dos camiones cargados con la mercadería valuada en unos 400 mil pesos fueron detenidos en Bromatología porque les faltaba documentación.

 

Luis García, el propietario de la carne, dueño del frigorífico San Agustín de Concarán, le había contado a El Diario que a las 9 de la noche de ese jueves le informaron de Bromatología que por la falta de documentación debían trasladar la mercadería a una cámara para que quedara intervenida hasta que el Juez de Faltas se expidiera. “La llevaron ahí, la descargaron y el sábado me llama Sosa y me dice que un camión de Bromatología se la había llevado”.

 

García contó que Sosa le había expresado que no había podido hacer nada para retener la carne: “Si van los inspectores de Bromatología diciendo que tienen que sacar la carne se la tenemos que dar, qué vamos a hacer”.

 

Por su parte, Sosa había dado su versión de la desaparición de las medias reses: “Cuando se llevaron la carne no estaba yo acá, dice mi hija que vino un camión blanco, a cargarla. Inocente, porque no tendría que haber dejado entrar a nadie”, dijo Sosa. Su cámara frigorífica está ubicada en la calle Estancia Grande, casi llegando a Centenario, y es usada por el Cosafi y esta era la primera vez que Bromatología municipal lleva allí mercadería.

 

Tras la aparición de la carne Juan Sánchez, director de Bromatologia explicó que “lo que Sosa debía hacer era esperar la determinación del Juez y mientras tanto asegurarse que la carne no perdiera la cadena de frío correspondiente”.

 

Al respecto de la venta de la carne, Bazla agregó que “el Cuerpo Único de Inspectores Municipales detectó que al menos Sosa efectuó siete ventas de la carne intervenida, con el agravante de que en un comercio del barrio Eva Perón un carnicero nos aseguró que Sosa lo presionó para que le comprara carne proveniente del Frigorífico San Agustín, que es la misma que intervinimos. El comerciante textualmente nos aseguró que fue condicionado a comprar media res del Frigorífico San Agustín y media res del Frigorífico Cardinalli y esto consta en el acta que nuestros inspectores han labrado, la cual lleva la firma del comerciante que hizo la denuncia. Es más, Sosa le habría dicho “te vendo una carne clara si me comprás la carne oscura, en referencia a las medias reses que tenía bajo su custodia desde el 15 de agosto”.

Comentá la nota