SAN ANTONIO.- "Lo que sucedió en el sexto juego del año pasado es nuestro combustible". La frase de Tony Parker, el conductor de los Spurs, dice mucho. Quizás hasta permite advertir por qué la confianza en esta ciudad es medida. Las calles continúan tapizadas con el característico "Go Spurs Go", pero en los fanáticos se advierte cierta cautela. En los protagonistas, también. Esta noche, desde las 21 de nuestro país, habrá una chance casi inmejorable para conseguir el quinto anillo, pero nadie se anima a gritarlo con fuerza, más allá de estar ganando 3-1 la serie. Saben que Miami Heat cuenta con el mejor jugador del mundo, LeBron James, y eso no es un detalle menor. Los registros de The King son acordes con sus cualidades, aunque no cuenta con la colaboración de sus compañeros. El 2013 late con fuerza por las calles de AT&T Center; aquel juego que se le escapó a San Antonio, en Miami, duele y eso le pone freno de mano a la ilusión. Aunque las últimas dos producciones del equipo texano, que ganó por 19 y 21 puntos, hacen soñar, aunque en silencio.

No hay números que calmen la ansiedad. Las gigantografías de los rostros de Ginóbili, Duncan y Parker se venden a 20 dólares en las esquinas; se preparan para una fiesta, pero callados. Aquí se conoce el poder de los Spurs, que están 10-0 en series al mejor de 7 tras tomar una ventaja de 3-1, en la era Gregg Popovich, pero también que LeBron ha promediado 31,9 puntos cada vez que se vio ante una eliminación. "Los Spurs son una máquina aceitada. Pero, ¿por qué no podemos ganar nosotros? La historia se rompe todo el tiempo", dijo LeBron.

No hay momento en que aquí no recuerden aquel sexto juego y la imagen de Ray Allen lanzando desde 3 puntos. Y el Big Three (Manu, Parker y Duncan) sabe lo que aquello significó. Por eso se tomaron un tiempo en hablar con cada uno de sus compañeros en ese sentido. Les cuentan experiencias personales. "Sabemos lo que pasó, lo recordamos bien. No lo sacamos nunca de nuestras cabezas. Eso nos tiene que servir en esta vuelta", confesó Duncan.

La posibilidad de un nuevo anillo se traduce en cada acción de los Spurs, dueños de un estilo, una filosofía. Hasta las estadísticas lo respaldan: San Antonio, en esta final, se pasó la pelota 367 veces más que los Heat. Y sus jugadores hablan de su espíritu: "Los tres (Manu, Duncan y Parker) decidimos ganar menos dinero para quedarnos aquí y ganar campeonatos, por lo que si sucede lo que buscamos tendrá un mejor sabor de boca", confesó Parker.

Una noche que quedará para la historia. Spurs y Heat, el quinto capítulo entre los mejores exponentes de la NBA. Un choque de estilos, de estrategias? Un menú delicioso.