Un informe conjunto elaborado entre la Asociación Latinoamericana de Gerontología Comunitaria, el Centro de Estudios Políticos para Personas Mayores y el Centro de Economía Política Argentina dejó en claro el duro, penoso y crítico momento que atraviesan los adultos mayores en nuestro país, donde el "sideral aumento" de los medicamentos en los últimos derivará en un inevitable aumento de la mortalidad y de enfermedades que le resten calidad de vida.

   La disparidad entre el valor de la jubilación mínima y la desproporcionada suba de los precios de los remedios ha derivado en la imposibilidad de acceder a todos los que necesitan las personas de modo de atender de manera adecuada sus problemas de salud.

   "Antes ni preguntaba el precio, ahora no sé si me va a alcanzar la plata".

   Ese comentario realizado por una mujer que esperaba para comprar la T4 para el hipotiroidismo en una farmacia local, da cuenta de la drástica situación que atraviesan los jubilados a la hora de comprar sus medicamentos.

La referencia era para la levotiroxina (T4), que entre 2015 y 2019 aumentó un 422%.

La distancia

   La jubilación mínima en octubre de este año se ubicó en $ 12.936, con un ajuste del 239% desde mayo de 2015. Los medicamentos, por su parte, aumentaron, en el mismo período, un 884%.

   Pero más grave es el aumento del precio en medicamentos considerados esenciales para ciertas enfermedades, por ejemplo, las cardiovasculares, que han sufrido, menciona el estudio, "un ascenso sideral".

   Es el caso del Sintrom, anticoagulante que aumentó un 1.248% en los últimos cuatro años.

   "La consecuencia es que las personas mayores dejen de consumir su medicación o lo hagan de manera limitada, quedando con gran fragilidad ante enfermedades crónicas tales como cardiopatías, diabetes, hipertensión arterial, osteoporosis.

   "La accesibilidad a estos productos resulta primordial para disminuir la mortalidad y promover la calidad de vida, disminuyendo las discapacidades generadas por la falta de tratamiento", indica el estudio.

   Otro caso indicado por las entidades autoras del trabajo, es el del Atenolol, betabloqueante para la hipertensión arterial y taquicardias, que tuvo un incremento del 1.026%.

Conclusiones

   El estudio es contundente en cuanto a los efectos tendrá en la salud de los mayores esta disparidad entre lo que perciben de jubilación y los precios, que los imposibilita de adquirir los medicamentos necesarios, en tiempo y forma.

   La inflación de los medicamentos, entre mayo de 2015 y octubre de 2019, alcanzó 457% en el Valor de Venta al Público y de 297% en el Precio a los Afiliados a PAMI.

   A esto se suma que PAMI dejó de entregar la medicación crónica gratuita a 2 millones de afiliados y para acceder a la misma se exige una serie de requisitos restrictivos. La consecuencia es que las personas dejen de consumir su medicación o lo hagan de manera limitada para generar un ahorro económico.

   Según el CEPA, el poder adquisitivo de la jubilación mínima se retrajo 23,4% si se compara el período septiembre de 2015 a septiembre de 2019.

   Este grupo etario tiene gastos que otros no tienen. Un ejemplo es la erogación en medicamentos y la tardanza en la entrega de turnos médicos o estudios que los obligan a acudir a la medicina privada.

   La Defensoría de la Tercera Edad calcula un costo de la Canasta para Personas Mayores de $30.524, por lo tanto, el 60%, que cobran la mínima, son pobres.