A una semana de ponerse en vigencia el Nuevo Código Civil, en Santiago del Estero muchos ciudadanos ya se hicieron eco de las nuevas normativas.

Según informaron desde el Registro Civil de la ciudad Capital, fue importante la cantidad de niños recién nacidos que fueron anotados con el apellido de la madre en primer lugar, seguido por el del padre. Si bien, antes del nuevo régimen los niños debían llevar el apellido del padre como el principal, ahora lo registran de acuerdo al gusto y decisión de sus progenitores.

“Por día, en el Registro Civil estamos anotando entre 25 y 30 niños recién nacidos. Curiosamente, esta semana, muchas parejas optaron por ponerle el apellido de la madre en primer lugar, tal como ahora lo permite el Código Civil. Porcentualmente podríamos estimar que de los registros que se realizan a diario, 10 se llevan a cabo con la nueva normativa”, explicaron desde el Registro Civil de la provincia, desde donde detallaron además que los restantes llevan el apellido sólo del padre o de padre y madre, en ese orden, o bien solo de la madre, en caso de ser soltera.

Además comentaron que las parejas que asistieron esta semana a realizar el trámite lo hicieron en buenos términos y con un gran sentido del humor, “lo que nos demostró que se pusieron de acuerdo antes y en los mejores términos. Ante lo nuevo, la gente siempre acepta los cambios de esa forma”.

Las novedades del nuevo Código Civil impactan de esta manera en la comunidad local, aunque esperan que los casos de la nueva modalidad del uso del apellido se incrementen en los próximos días, cuando el tema cobre mayor repercusión.

“En Santiago suelen hacerse eco de todos los cambios que surgen a nivel nacional. Seguramente el tema del apellido cobrará mayor importancia a medida de que pase el tiempo y los santiagueños se interioricen más de la situación. Tiene mucho que ver lo que consumen de la televisión, de lo que pasa a nivel nacional”, remarcaron desde el Registro Civil.

Cambios

Vale recordar que el nuevo Código además abre la posibilidad a los adultos de cambiarse el nombre si así lo desean, aunque ello queda a criterio del juez. Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la preposición “de” o sin ella. Además genera más libertades a las personas para definir el nombre de sus hijos.

Se admiten nombres aborígenes o derivados de voces aborígenes autóctonas. l