El juez de audiencia, Andrés Olié, al admitir el procedimiento consensuado por el defensor particular Omar Gebruers, el fiscal Máximo Paulucci y el propio imputado, dio por probado que el 16 de junio del año pasado, a media tarde, Alarcón se subió a un colectivo de la línea 2, cuando estaba estacionado en Donatti y García, increpó a Cirica, lo amenazó de muerte y comenzó arrojarle puntazos con un cuchillo.

A raíz de ello le ocasionó heridas en distintas partes del cuerpo y luego huyo con dinero y un celular. El imputado, posteriormente, fue detenido en Schmidt y Sergio López y en ese mismo momento se recuperó el celular y la plata, que estaba debajo del calzado.

El fallo también le impone al condenado, 23 años, albañil y nacido en General Roca, que durante dos años deberá fijar residencia y presentarse mensualmente ante el Patronato de Liberados y le prohíbe cualquier tipo de acercamiento a la víctima.

Olié sostuvo en los fundamentos del fallo que el hecho “no solo ha quedado acreditado por el exhaustivo relato aportado por el damnificado y las descripciones que brindó sobre el atacante, sino también por los dichos de una testigo presencial”. E indicó que “no menos relevante” fue que dos médicos forenses dieron cuenta que el chofer “presentó heridas punzo cortantes en la región frontal izquierda, otra herida cortante en el dedo índice mano izquierda y una tercera en la cara posterior de la pierna derecha, todas de carácter leves”.

Hoy Alarcón permanece detenido por otra causa en la que le formalizaron acusación, provisoriamente, por el delito de robo con armas por un hecho sucedido a mediados del mes pasado.