Jose Luis Angelucci dialogó con MD.Net y demostró su alegría y agradecimiento por el éxito logrado durante el festival. “Asistieron muchísimos espectadores. Gente que no está ligada directamente con el cine –comentó-. Hubo gente que fue pura y exclusivamente a escuchar la devolución del jurado. Increíble la participación que tuvieron las personas durante todo el festival”.

Con respecto a las expectativas pensadas en el marco del festival indicó que “sobrepasó lo que imaginábamos. No quiero ser peyorativo, pero armamos un festival como para ver como salía. Y se generó esa magia típica de festivales que no esperábamos”, contó.

“Iba del Pampa al Teatro y me cruzaba con gente en la calle que iba mirando la grilla, viendo que coincidieran los horarios para ver cine. Hubo un movimiento, se respiró cine en General Pico”.

En cuanto al balance económico, el festival tuvo un presupuesto de 920 mil pesos. “Si manejamos un presupuesto similar el año que viene, podemos hacer otro – señaló Angelucci-. Las empresas auspiciantes fueron muy importantes. Gente ligada a la cultura que se interesó y nos dio una mano sin saber qué iba a pasar”.

Debido a la demanda de producciones dentro del festival, varios proyectos quedaron sin participación. Entre ellos, productos locales. El presidente de la Asociación Italiana respondió que “hay ciertos criterios del programador que con un cierto lineamiento va perfilando al festival y seleccionando la grilla. Utiliza elementos y conocimientos propios, es alguien especializado en eso”.

“Tenemos pensado hacer un encuentro de cortometrajes regionales, para que nuestros directores locales y de la zona puedan presentar todos sus trabajos, no uno solo. Después, preseleccionarlos para el festival”, agregó.

Si bien asistió un número importante de espectadores, Angelucci acotó que se arriesgaron en los horarios y días en los que se estableció parte de la programación. “A pesar de que el espectador piquense no está acostumbrado a mirar cine un lunes a las cinco de la tarde o un sábado a las doce y media de la noche, tuvimos muy buena recepción. La gente participó en cualquier horario”.

Los periodistas, actores y presentadores que arribaron a la ciudad para participar del festival, quedaron sorprendidos por la manera en la que se desarrolló la programación del primer festival. “Nos elogiaron muchísimo las salas” – remarcó-.

Otra innovación que tuvo el festival, fue la administración económica. “Le propusimos a los directores de las películas que se presentaron, cobrar entrada y darles el porcentaje que corresponde devengando sólo los impuestos, más allá de que el valor de la entrada fue simbólico, para que pudiera asistir el público en su totalidad”.

Angelucci narró que los famosos que asistieron tuvieron un costo. “Un costo muy alto, sobre todo para lo que es la ciudad – señaló-. Para nosotros fue un ‘platal’, pero fue necesario para darle un realce y una importancia que merecía la gente”.

Con respecto a los encuentros escolares planificados en la grilla, dijo que “en tres días asistieron 1200 chicos por día. 450 chicos sentados por función, hablando y preguntando de cine. Fue muy importante”. Y agregó que “este primero de agosto ya le estamos entregando las pautas a todos los colegios de la provincia para que se vayan preparando para el próximo festival”.

Durante la crisis económica del país, muchas salas del interior y también de las grandes ciudades llegaron a su fin. Lo había comentado públicamente el actor Guillermo Pfening en su paso por el festival.

“Nunca cortamos ni dejamos de dar cine”- contó Angelucci-. Nos vinieron a alquilar dos veces la sala para poner una iglesia. También una marca de electrodomésticos nos vino a querer alquilar cuando nosotros no teníamos plata ni para pagar la luz”.

“Fui uno de los que se opuso rotundamente. – recordó-. Estas salas se hicieron para la cultura de Pico, no solo de la Asociación Italiana. No podes poner cualquier cosa porque simplemente te conviene”.

“Se mantuvo gracias a la cuota societaria. Llegábamos a fin de mes y algunos directivos ponían plata de sus bolsillos para pagar la luz o algún gasto extra. Fue una crisis que hoy parece mentira porque nos está yendo bien, pero no nos olvidamos de los momentos que pasamos”.

“Teníamos que dar dos películas al precio de una, continuadas. Todos los directivos teníamos un día de trabajo, a mí me tocaba los lunes. A veces abríamos por dos personas o tres. Pero nunca dejamos de dar cine. Si había una persona sola, se pasaba cine igual”.

Finalizó contando cómo es la grilla semanal del cine. “A las 20 tenemos todas películas argentinas. Sábados y domingos películas de distribuidoras que no son tan masivas. Lunes, martes y miércoles películas del espacio INCAA. Este jueves se lo damos a Mariano Ananía para que siga proyectando “La Histórica”. Pero los días jueves tenemos programado películas extranjeras. Y a las 22.30 todos los días emitimos la película comercial, en este caso “La Patota”. Los viernes son exclusivos para obras teatrales. Tratamos de mantener siempre la grilla ordenada”.