Acompañada por el rector Tamarit y otros funcionarios de la entidad educativa, la esposa de Matías Ronzano contestó preguntas de algunos de los medios presentes en el Chalet Mr. York.

 

 -¿Qué hipótesis tienen ustedes, en la familia, de lo que puede haber pasado?

Nos cuesta mucho hacer entender esto. Realmente no se sabe nada, no hay datos, no hay amenazas. La gente que se comunica con nosotros es para hablar del avión, de que por ahí piensa que lo vio pasar. Es muy difícil manejar una hipótesis porque no hay ningún dato concreto o certero que haga rumbear para un lado o para otro. 

Yo, personalmente, tengo la convicción de que no es un accidente porque no se ha encontrado nada, porque Matías es un chico muy responsable y Manuel que es el que lo acompañaba también es muy responsable. Se tienen que haber dado un montón de situaciones improbables juntas para que haya sido un accidente, y que hoy a casi un mes no se encuentre un rastro de nada. Ni del avión, ni de los chicos, ni de las valijas, ni de su ropa.

Me generaría mucha decepción que se encuentre un rastro y que ya haya pasado un mes de búsqueda. Mi opinión personal es esa. Pero desde la investigación judicial no se descarta ninguna hipótesis.

 

-Es fuerte el apoyo de la comunidad de Lincoln, donde hubo una marcha después de las elecciones. Lo mismo pasó en Bragado.

Todas las ciudades que nos rodean nos están apoyando un montón. Lincoln, Carlos Casares -de donde es Manuel-, Bragado. Básicamente pedimos que nos sigan ayudando, que se siga difundiendo porque como no sabemos lo que pasó tal vez alguien pueda ver o aportar algo. Nadie nos va a convencer de que es un accidente hasta que no se encuentre una prueba de eso. Entonces queremos que se siga difundiendo. El apoyo de la gente para eso es fundamental y lo agradecemos de corazón.

 

-¿Cuál es la zona de mayores rastrillajes y dónde podría haber mayores novedades?

Los chicos salieron de Lincoln a San Fernando. Hasta ahí yo tuve comunicación normal. Luego, desde San Fernando se dirigían a Las Lomitas, Formosa. Pierden comunicación a pocos kilómetros de San Fernando, en pleno Buenos Aires, en plena urbanización. Los primeros días la búsqueda se centró ahí y al no encontrarse nada se fue ampliando hasta Formosa a través de diferentes rutas posibles por las que ellos podrían haberse dirigido.

Más allá de la búsqueda oficial, hay pilotos fumigadores y aplicadores que también están buscando y tampoco encuentran nada. Nosotros, como familia, estamos pensando en que se tiene que buscar de otra manera si desde el aire y el agua no se está encontrado nada. La búsqueda se ha hecho extensiva en territorio e intensamente. Hay amigos de Matías que me llaman y me dicen que si están se tienen que ver, y si no se está viendo es porque realmente no están.

 

-¿Cuál era el motivo del viaje a Las Lomitas?

Matías trabaja desde abril para una empresa del rubro cerealero que se llama Aibal. Llevaban al hijo del dueño de la empresa al campo de Las Lomitas. Luego, en la semana, iban a hacer recorridas por otros campos de la empresa para dejar planes de trabajo.

 

-¿Hasta cuándo esperan ustedes que continúe la búsqueda?

El Comité de Crisis nos dice que la búsqueda tiene que seguir hasta que se encuentre algo que nos diga si es o no es un accidente. Hasta que no se encuentre una prueba no se puede dejar de buscar.

 

-La ANAC en un primer momento dijo que el avión podría haberse hundido en el río. Ustedes con esa versión no están de acuerdo.

La siguen sosteniendo. Lo que nosotros pensamos es que es un avión muy grande y nos cuentan que los ríos de esa zona no son muy profundos, por lo tanto algo debería verse. Además el impacto sobre el agua no puede hacer que el avión entre completo y que no se desintegre ninguna de sus partes. Es muy improbable.

 

-¿Qué significa este apoyo que recibís desde el ámbito laboral?

Ellos, como mi familia y el resto de mis amigos, me acompañan, se van a Lincoln, me ayudan a pensar, a buscar. Me ofrecen ayuda, este apoyo es fundamental. Yo a la mañana generalmente me veo mejor, pero a medida que pasan las horas una se derrumba.

 

-¿Desde el Gobierno alguien te llamó?

Nosotros tuvimos contacto con el Intendente de Lincoln que nos ayudó a que nos atiendan algunos ministros y a que el Comité nos reciba tranquilo para explicarnos todo lo que se había hecho desde un principio. Más allá de esas reuniones nada, ni conmigo ni con el resto de la familia hubo un contacto directo. Es un poco lo que estamos pidiendo. Que alguien salga y se ponga al frente de esto, si sienten vergüenza de que hoy en día no encuentran nada no es mi problema.

 

-Se habló en algún momento de una cuarta persona que podría haber piloteado el avión y haberlos secuestrado. A través de las cámaras eso quedó descartado.

No se descarta ningún tipo de hipótesis hasta hoy. Lo que yo te puedo decir es que este tipo de avión no es tan sencillo de volar, no cualquier piloto puede subirse y pilotearlo. Las cámaras no son muy claras, no se ven tan claras como ustedes creen, hay que seguir investigando eso y de hecho es lo que se está haciendo. Llama la atención cómo en un país en el que se quiere combatir el narcotráfico se pierde un avión a la luz del día y nadie vio nada.

 

-¿Vos, en lo íntimo de tu pensar, qué crees que pasó?

No sé. No me cierra nada. Pienso algo y hay detalles que no me coinciden. De cada cosa que uno piensa hay cosas que no cierran. Yo no pienso en tráfico ni en lavado de dinero, no sé cómo se maneja eso y  por eso a lo mejor hay detalles que no me cierran. Una trata de confiar en que la investigación se está haciendo de la manera más correcta posible.

 

El avión Mitsubishi matrícula LV-MCV desapareció el pasado 24 de julio de los radares a poco de despegar del aeropuerto de San Fernando, con tres personas a bordo: Ronzano, el piloto; Emanuel Vega, el copiloto, y el único pasajero, Matías Aristi, hijo del dueño de la aeronave. A pesar de la intensa búsqueda, hasta hoy se desconoce la suerte de la nave y sus ocupantes.

La titular del Juzgado Nº 2 de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, está a cargo de la causa que lleva el nombre “averiguación de ilícito”.

Ángela Barbero es licenciada en Genética, reside en Lincoln, tiene 25 años y es mamá de Margarita, de 10 meses.

 

Tamarit: “La universidad no puede dejar pasar esta situación”. El Rector de la UNNOBA dejó sentada su posición respecto de la aeronave que no aparece expresando que “nos afecta lo que le sucede a nuestra compañera de tareas, pero también la gravedad institucional que supone vivir en un país que tiene estas limitaciones, como es la de no poder establecer concretamente qué es lo que ha sucedido”.

Además Tamarit apuntó que “nos ponemos a disposición, más allá de lo emocional, en lo institucional. La universidad no puede dejar pasar esta situación, creemos merecer vivir en un país donde estas cosas se puedan resolver sin tantas cuestiones”.