Es más que amor

Es más que amor

Por fin un hálito de vida entre tanta barbarie: las Abuelas siguen pariendo y siento el alma Violeta de alegría, es más que amor, porque la verdad triunfa frente al catecismo nefasto del olvido, es un veloz ‘cadáver exquisito’ (juego de palabras) armado con frases rescatadas de la red social a propósito de la recuperación de la nieta número 126, que es hija de una bolivarense.

Es sólo un mínimo recorte de lo expresado por usuarios bolivarenses del facebook al conocerse el lunes pasado la noticia de un nuevo hallazgo realizado por Abuelas de Plaza de Mayo. Convocados por el programa radial Fuga de Tortugas, los oyentes compartieron su entusiasmo por la restitución de Adriana, que es hija de Violeta Ortolani, una de nuestras desaparecidas durante la última dictadura. La mayoría aludió a un futuro que, por sombrío que asome hoy para el campo popular, revela al menos un entresijo más por donde colar fe y hasta una módica dosis de felicidad: “Un hálito de vida entre tanta barbarie”, lo resumió una participante del ciclo que se emite los sábados. En esa línea, alguien señaló que haber encontrado a la prima segunda de los bolivarenses Marcela Marchetti, Julián Di Mayo y Ramiro Di Mayo representa “un respiro” entre tantas pálidas.

Por su lado, otra vecina graficó su emoción con una oración que valdría un hermoso titular periodístico: “Siento el alma Violeta de alegría”, mientras que una par apeló a una construcción también con destino de tapa de cualquier diario escrito por sensibles, sin ir lejos quizá este mismo: “Es más que amor” (finalmente no publicó su comentario). (El mismo día de comunicado el hallazgo a todo el país, la actriz y docente Lorena Mega echó mano a su ingenio poético y regaló en su cuenta de facebook otra frase que vale un titular: “La memoria es de color Violeta”; una definición que constituiría, sin más, un certero editorial.)

El triunfo de la verdad sobre el olvido (el “catecismo del olvido”, en las atinadas palabras de una oyente) es el concepto que la mayoría elige subrayar, cada quien con su modo de expresar, todos con la pasión a flor de piel. Que la memoria no se mancha, en términos maradonianos, es a su vez otra idea rectora que surge del posteo.

Las palabras lucha y luz son dos de las más mencionadas, a la altura de justicia y amor. Marche otro cadáver exquisito: La lucha, si es con amor, se torna la luz por donde se filtra la justicia.

También vida. Vida, con V de Victoria, con V de Violeta, con V de Venceremos, vaya un guiño para Salvador Allende, dondequiera que esté batiéndose contra los malos. (Venceremos fue el himno de la Unidad Popular chilena en la campaña presidencial de Allende en 1970.)

En el posteo del ciclo radial no faltaron matices, y hubo otro participante que, atento a que, urticarias al margen, la grieta existe, apeló a la ironía: “¿Algo que ver con la 125?” Podría afirmarse que 126 es más que 125, pero no se trata de revancha ni mucho menos venganza, 126 es amor, es más que amor si se mira estrictamente desde una perspectiva bolivarense.

En lo relativo a lo que viene para Argentina, alguien lo expuso con poesía y ternura, y usaré su frase para cerrar: “Las Abuelas siguen pariendo”. Es como decir que no todo está perdido, mientras Estela y las suyas sigan empeñadas en venir a ofrecernos su invicto corazón.

Nada más (y nada menos) que un puñado de cálidas cuentas del collar de la verdad; un racimo de oraciones de un posteo radial que, acaso esta vez sí, representen el sentir de una mayoría de nuestro pueblo.

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