América en jaque, un gran lío para Alberto

América en jaque, un gran lío para Alberto

El próximo presidente encontrará una región convulsionada. Movilizaciones en Chile y Ecuador, derrocamiento de Evo Morales en Bolivia, datos de un tablero en constante cambio.

América Latina, con sus venas aún abiertas, sufre un proceso de cambio que jaquea a gobiernos conservadores o populares (¿populistas?) por igual. Las puebladas en el Chile de Piñera, las movilizaciones en Ecuador o la desestabilización en Bolivia que obligó a exiliarse a Evo Morales, son botones de muestra de un panorama complejo en el que se mezclan reclamos ciudadanos, aspiraciones de sectores con intereses contrapuestos, odios raciales o de clase y demandas que los políticos desoyen desde hace décadas.

Los analistas buscan explicar qué sucede en puntos tan disímiles del continente, 

aunque descartan que el “efecto contagio” llegue a nuestro pais. Básicamente porque el enojo popular se canaliza a través del voto, y por el recuerdo de los oscuros días de 2011, que finalizaron con la salida de Fernando De la Rúa de la Rosada y una treintena de muertos.

En medio del polvorín en que se han convertido algunos países del sur americano, tampoco puede desconocerse el peso de Estados Unidos, uno de los apuntados como favorecedor del golpe a Morales en Bolivia, y que es un actor más en la batalla geopolítica que se desarrolla, también, en nuestro continente.

En este complejo marco internacional, el nuevo gobierno de Alberto Fernández, que asumirá el próximo 10 de diciembre, se encontrará con un galimatías: varios países de la región cambiaron de rumbo, viraron a la derecha, como Bolivia, Ecuador y, probablemente, Uruguay, donde el Frente Amplio podría ser desalojado del poder.

El mandatario electo de nuestro país deberá hacer alarde de “muñeca” para moverse entre los intereses estadounidenses y el aparente regreso a políticas de los ´70 en su intervención en esta parte del mundo, y el nuevo gigante del ajedrez mundial, China, que penetra con sus intereses económicos tal como lo viene haciendo en África.

El horizonte se complica si se tienen en cuenta los agresivos desafíos de Bolsonaro y su peligrosa pirotecnia verbal, que ponen en jaque el destino del Mercosur en momentos en que espacios como Unasur fueron desarticulados y reducidos a un mero sello.

Camila Matrero

El continente “una zona en disputa” y dudas por la relación con Brasil

En diálogo con La Tecla, la socióloga y analista internacional de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), Camila Matrero, planteó que “el continente sigue siendo una zona en disputa. Hay países donde gobierna el bloque neoliberal, como Chile y Ecuador, con importantes movilizaciones populares que cuestionan el modelo económico.

Por otro lado, tenemos, en los países donde gobiernan las fuerzas progresistas, importantes intentos de desestabilización”. Citó al respecto los casos de Venezuela,  Nicaragua y la arremetida del gobierno de Donald Trump contra Cuba. También mencionó el caso uruguayo, donde el  Frente Amplio está al borde de no poder convalidar un cuarto mandato. 

Matrero, quien es profesora de Sociología Política de América Latina (UBA) sostuvo que “hay una situación tensa en el continente, donde como faro tenemos a México, con López Obrador, que abre una puerta para poder llevar algún tipo de proceso de integración”. Al respecto agregó que “la apuesta de Alberto Fernández con su visita a México y con diferentes gestos hacia López Obrador es pedir que él sea el encargado de liderar este nuevo proceso de integración latinoamericana”.

La analista dijo sobre la relación de Argentina con Brasil que es “uno de los problemas más importantes que tendrá que enfrentar Alberto Fernández cuando asuma, porque Brasil es nuestro principal socio comercial. Más allá de las afinidades políticas hay una relación comercial muy aceitada desde la creación del Mercosur, en donde no puede haber un desentendimiento y ruptura de negociaciones porque afectaría profundamente a la economía del país, que está muy integrada con la brasilera. Sin lugar a dudas, es uno de los temas principales que tiene que resolver Fernández”. 

Jorge Castro

“La agenda internacional de Alberto tiene que ser prioritaria”

El reconocido analista internacional Jorge Castro aseguró que “este es un momento de intensa conflictividad en casi todos los países de América del Sur, pero es parte de un fenómeno mundial. El sistema mundial está experimentando uno de los grandes cambios de su historia: ha emergido la sociedad global creada por la revolución de la técnica y guiada por el criterio de la instantaneidad. Y dentro de esta sociedad global ha hecho su aparición una nueva revolución industrial, que es la más disruptiva de la historia moderna”.

Sobre los riesgos de contagio a nivel local, Castro evaluó que “un punto importante es que en Argentina el sistema político e institucional ha funcionado, y esto es lo que le permitió a nuestro país salir adelante de una grave crisis económica”.

En referencia a la política internacional del gobierno de Alberto Fernández, juzgó que “para el próximo presidente la agenda internacional se superpone y subordina a la agenda doméstica, sobre todo porque está obligado a refinanciar la deuda con el FMI, lo que implica también un acuerdo con Estados Unidos”.

Además, acerca del enfrentamiento del mandatario electo con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, Castro analizó que “hay algo más grave que eso, y es la crítica pública hecha por Alberto Fernández al presidente Donald Trump en forma específica. 

Y finalizó remarcando que “la agenda internacional de Alberto tiene que ser prioritaria en relación con su agenda de temas locales”.

Federico Larsen

“Alberto va a tener que utilizar mucha cintura para moverse”

El experto Federico Larsen, miembro del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata, aseguró que “lo que sucede en Bolivia o Chile puede tener algún tipo de incidencia en términos de elaboración de la política exterior del  próximo gobierno. En cuanto a la posibilidad que suceda algo parecido en Argentina, sinceramente no lo veo, porque esos dos casos, más Ecuador,  son muy particulares y con condiciones internas especiales de cada una de esas sociedades”.

Además, señaló que “Bolivia es una sociedad altamente heterogénea, con pueblos indígenas muy diferentes entre ellos y además con un nivel de racismo muy exacerbado, mientras que en Chile se trata de la ruptura de un orden económico desigual, donde  los militares gozan de privilegios y de derechos que el resto de las población no tiene”. 

El analista explicó que “en el caso de nuestro país, a nadie se le ocurriría hacer un golpe en Argentina en este momento, porque no tenemos un protagonismo de las fuerzas armadas como tienen otros países. Además, no tenemos en Argentina un sector evangelista o ligado a grupos religiosos que tenga suficiente organización para proyectarse políticamente”.

En cuanto a la estrategia regional que podría seguir en el futuro gobierno de Alberto Fernández, Larsen mencionó que “los países tiene restricciones externas a la hora de moverse. El caso argentino es el más evidente, porque en los próximos años va a poder hacer muy poco hasta que no resuelva el problema de la deuda. Y ahí es donde Alberto va a tener que utilizar mucha cintura para moverse entre China y Estados Unidos”.

Agregó que “lo que se ha roto ahora es una visión más regional para posicionarse en bloque”, criticando la política de gobiernos neoliberales y conservadores que, asegura, “creyeron que podían negociar de manera individual debido a la globalización”.  

Héctor Bernardo

“Acá hubo estallido, pero de los votos”

El periodista y profesor de la UNLP, Héctor Bernardo, aseguró a La Tecla que “en Argentina hubo estallido pero de los votos, que fueron masivamente a decirle basta a este modelo que generaba una enorme desigualdad y nos llevaba a un lugar parecido al de Chile”.

En esta línea, señaló que a Alberto Fernández se le presenta un contexto más complicado que el que parecía que iba a tener, no sólo con el golpe en Bolivia, sino con las altas posibilidades de que el Frente Amplio no gane las elecciones en Uruguay.

Por eso, “un factor fundamental va a ser la alianza con México, con los gobiernos progresistas de la región y aquellos con intereses comerciales comunes que puedan construir una alianza con el gobierno de Fernández”.

Añadió Bernardo: “El presidente electo ya tuvo ese rol fundamental en un tema de política internacional cuando logró que Evo llegue a México. Su alianza con Andrés Manuel López Obrador y lo que puede construir a nivel regional es fundamental. Es un gran estratega, tiene una visión de reconstruir los espacios de integración destruídos, para consolidar los modelos económicos, la democracia y la paz”.  

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