Amaya redobló la apuesta y reclamó al PE la actualización de los montos del “Pacto Social”

Amaya redobló la apuesta y reclamó al PE la actualización de los montos del “Pacto Social”
Alfaro dijo que el intendente sería un buen candidato a gobernador porque es “mejor persona y padre de familia” que Alperovich El amayismo no fue invitado a sumarse para una nueva etapa del “Más Cerca”. Gestionará las obras en la Nación

El amayismo redobló ayer la apuesta en la interna con el alperovichismo. El intendente de la capital, Domingo Amaya, reiteró el reclamo a la Provincia por una supuesta deuda de $170 millones. No conforme, añadió un pedido para que se ajusten los montos del “Pacto Social” y deslizó que seguirá tratando directamente con la Nación por el plan “Más Cerca”. La gestión por fondos retenidos de la Coparticipación y de la recaudación y las pintadas “Amaya 2015” habían generado un fuerte rechazo de la Casa de Gobierno en los últimos días.

“Nadie debe ofenderse”

Amaya recorrió ayer junto a parte de su gabinete la plaza “Los Decididos de Tucumán”, que está en remodelación. En ese escenario, eligió citar una anécdota con el ex presidente, Néstor Kirchner, para contestarle al Gobierno provincial. “Néstor siempre nos decía que los intendentes tenemos que gestionar, que manguear. Y nadie tiene que molestarse: ni un ministro ni un gobernador. Los intendentes tenemos la obligación de dar respuestas y para eso necesitamos recursos”, expresó. Inmediatamente después, aseguró que no desconocen la deuda del municipio con la Provincia. Relativizó, sin embargo, la cifra -de $ 600 millones- difundida por el ministro del Interior, Osvaldo Jaldo.

Respaldó el pedido público del secretario de Hacienda, Silvio Bellomío. “Estamos solicitando mejoras para poder brindar un montón de servicios. Nadie debe ofenderse por eso”, expresó levantando la voz.

El intendente hizo un breve silencio al ser consultado sobre si estaban llegando menos fondos a las arcas municipales. Recordó que su administración está dentro del “Pacto Social” (herramienta financiera mediante la que cede sus recursos a la Provincia y, a cambio, esta se hace cargo del pago de sueldos y de las obras públicas). Si bien afirmó que no “reniegan” del convenio, criticó que el monto que reciben anualmente ($ 610 millones) esté congelado desde 2012. “No es que exista una merma, pero todo ha subido. Lo que queremos es que se actualice”, pidió. Reiteró que seguirá reclamando y que si no es aquí, será en la Nación.

Luego, Amaya afirmó que aún no fue invitado por la Casa de Gobierno a unirse a la segunda etapa del “Más Cerca”. “Vamos a ver cómo lo solucionamos al tema. Hay muchas obras de la primera fase con certificados atrasados, porque se encarecieron. Voy a mandar unos funcionarios a Buenos Aires a trabajar para ver cómo hacemos los ajustes. No podemos quedar afuera. No tengo problema de tratar con la Provincia, pero los papeles se mandan a la Nación”, concluyó.

El secretario de Gobierno, Germán Alfaro, cargó más duramente contra el Ejecutivo provincial. Ofuscado, aseguró que el enojo del alperovichismo da cuenta de que la dirigencia “hace 10 años que está alejada de la gimnasia democrática”. Consideró que el Gobierno, como está llegando al final, “no escucha al pueblo”. “Los problemas que tiene la gente son las faltas de seguridad, de trabajo y (de lucha) contra el narcotráfico. A ese tipo de cosas no las vamos a solucionar con cordón cuneta, sino con políticas de Estado y las tiene que dar el que conduce la provincia”.

Negó que el amayismo ya esté trabajando electoralmente, pero consideró que Amaya sería un buen candidato para suceder a Alperovich. En ese contexto, fulminó al gobernador: “no tengo la objetividad necesaria, pero Amaya es mejor persona, ser humano y padre de familia. Es buen gestor y un hombre de fe. Si él se decide, lo voy a acompañar”.

Luego, rebatió dichos del senador alperovichista Sergio Mansilla, quien había enrostrado que Alperovich eligió a Amaya para la intendencia cuando no era “nadie”. “El debate debe ser con respeto. Tampoco hay por qué subestimar. Dijo ‘¿quién era Amaya?’. Y sí, ¿quiénes eran Alperovich y Mansilla en 2003? En algún momento fuimos nadie. El problema es que al debate hay que darlo con altura y respeto”, cuestionó.

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