El Alto Calafate, con más de 100 habitaciones y sólo 7 pasajeros

El Alto Calafate, con más de 100 habitaciones y sólo 7 pasajeros

La información la recopiló la Policía Metropolitana en el allanamiento que pidió Bonadio el 13 de julio.

Cuando los efectivos de la Policía Metropolitana ingresaron al hotel Alto Calafate el 13 de julio pasado para llevarse la documentación que había solicitado el juez Claudio Bonadio, se encontraron con apenas siete huéspedes alojados en las 103 habitaciones disponibles. Todos eran empleados de Aerolíneas Argentinas. Paradojas del destino, entre los papeles que fueron a buscar ese día los investigadores figuraban los contratos entre la aerolínea estatal y el hotel de Cristina Kirchner, según consta en las actas oficiales. 

En Alto Calafate, la comitiva policial fue recibida por Osvaldo Sanfelice (presidente de Idea SA, la empresa que gerencia el hotel desde 2013), y el gerente Oscar Souto. Mientras estuvieron dentro del hotel, los investigadores no se cruzaron con ningún huésped. Apenas unos empleados curiosos que iban de un lado a otro. Recién cuando revisaron las fichas de registros de pasajeros, los policías detectaron que había apenas siete pasajeros, entre azafatas y pilotos de Aerolíneas. 

El procedimiento fue una semana antes del comienzo de las vacaciones de invierno, cuando a pesar de la temporada baja la mayoría de los hoteles de El Calafate se suelen llenar de turistas. No es el caso de Alto Calafate. Tampoco de Los Sauces, donde los policías se encontraron con el hotel cerrado, aunque esa misma mañana se había retirado un pasajero. La empleada que recibió a los policías, según pudo saber Clarín, explicó que se había tratado de una “excepción”. 

El vínculo contractual entre Aerolíneas y Alto Calafate se remonta a 2007, según refleja un dictamen de la Oficina Anticorrupción, que cinco años después determinó que la Presidenta no había infringido la Ley de Etica Pública al contratar con la aerolínea estatal, aunque admitió que Alto Calafate no era “el hotel que mejor precio ofrecía”. 

El mismo criterio tuvo la OA cuando evaluó los contratos con Los Sauces, el hotel boutique de Cristina que aparecía entre las promociones de los pasajeros frecuentes de Aerolíneas. La Justicia también esquivó el escándalo: la jueza María Servini de Cubría consideró que no había delito por esa maniobra. 

Los contratos se vienen prorrogando desde entonces. Primero figuraban a nombre de Valle Mitre, la empresa gerenciadora de Lázaro Báez. Desde el año pasado, en los contratos, en las facturas y en las órdenes de compra aparece Idea.

Antes de ser apartado, Bonadio había acumulado abundante documentación sobre el vínculo con Aerolíneas. Entre los papeles figura un nota de Patricio Pereyra Arandia, actual apoderado de Idea SA y pariente lejano del camarista Eduardo Freiler (en su entorno aseguran que no lo ve desde hace más de diez años), enviada a Aerolíneas el 9 de septiembre de 2013 para que modifiquen las facturas, en las que seguía apareciendo Valle Mitre. Desde entonces, son emitidas a nombre de Idea. 

En el expediente de Hotesur también hay datos de los vuelos de la aerolínea estatal a El Calafate entre 2012 y 2014, y un informe oficial sobre “antecedentes de contratos de hospedaje de la tripulación en posta entre 2007 y 2011”. Esos documentos fueron aportados por el juzgado de Servini de Cubría. 

Durante el allanamiento del 13 de julio en Alto Calfate, la causa, ahora en manos del juez Daniel Rafecas, sumó los dos últimos convenios con Aerolíneas, que llegan hasta el último día de 2015. 

Acuerdos confidenciales con las empresas de Lázaro Báez y contratos con Aerolíneas Argentinas. Todo se justifica para garantizar la ocupación del Alto Calafate.

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