En 1995, dos décadas antes, sólo se alquilaba un ambiente. Es decir que el sueldo mínimo actual está por encima del pago de un alquiler. Pero mientras el poder de la renta ha mejorado, el precio de las propiedades se mantiene en dólares y en los últimos 20 años se han incrementado un 80% sus precios, lo que hace que el acceso a la casa propia sea cada vez más difícil.

En 1995, el salario mínimo era de $ 270; no se registraban grandes valores de inflación y vivíamos bajo la convertibilidad. Sin embargo, alquilar una propiedad costaba mucho más que hoy. Con ese valor sólo podía conseguirse un departamento de un ambiente. "A mediados de los 90 existía una rentabilidad del alquiler en torno al 7% anual; hoy estamos muy por debajo de ese valor, con apenas un 3,5%", explicó a Ámbito Financiero Jorge Toselli, de JT Inmobiliaria.

A pesar de que existía un público importante que se volcaba hacia el mercado locativo, el acceso a la vivienda propia era más sencillo. No sólo porque el valor del m² rondaba los u$s 1.000, sino porque había un alto acceso al crédito hipotecario. De esta forma se necesitaban 3,7 salarios para poder comprar un m². Lo que llama la atención es que con otro contexto económico, la situación para la compra de inmuebles se asemejaba a la actual, aunque con menos existencia de créditos para la vivienda y un alto nivel de inflación. Es que con la nueva actualización, que asciende a $ 5.588 y el valor del m², que ronda los u$s 1.800, son necesarios 4,7 salarios mínimos (tomando como referencia el dólar "blue" que se utiliza en las operaciones inmobiliarias). 

En 2005, el panorama era muy distinto. Con un salario mínimo de $ 510, un dólar cercano a los $ 3, se podía alquilar un dos ambientes aunque comprar una propiedad era una tarea casi imposible. El valor del metro cuadrado había