"Alperovich patinó $ 200 mil millones en 10 años y no transformó la economía"

Eduardo Amadeo tiene un pasado y un presente peronista. Pero marca diferencias con sus compañeros partidarios.

 El actual diputado nacional oficialista fue secretario de Desarrollo Social en la gestión presidencial de Carlos Menem; embajador en Estados Unidos durante la administración de Eduardo Duhalde. Y hoy está cerca de las políticas del presidente Mauricio Macri. 

Amadeo llegó a Tucumán para disertar en la Universidad de San Pablo-T, pero también para charlar e intercambiar opiniones con la dirigencia de Cambiemos y del Acuerdo del Bicentenario. En una entrevista, el economista y diputado nacional por el PRO dice que la economía está despegando, tal como lo proyectó al iniciarse el segundo semestre, y que hay datos para ser optimistas tanto política como económicamente. 

-¿Sigue insistiendo con la idea del despegue?

-El avión está despegando y el primer dato positivo es que la inflación se está desacelerando. Todos los analistas coinciden en que está en torno del 2% mensual y que, hacia fines de año, se ubicará entre el 1,5% y el 1,7%. Esto aclarará las expectativas. En segundo lugar, la obra pública comenzará a moverse con fuerza. Estamos en los $ 20.000 millones licitados y esto les cambiará el humor a los empresarios para decidirse a la inversión. Efectivamente, hemos pasado lo peor y la economía empieza a moverse. 

-¿Cómo puede influir en los planes la decisión de la Corte Suprema de frenar los aumentos en las tarifas de los servicios?

-Soy respetuoso del fallo, pero no lo acompaño. Desde Tucumán veo claramente la injusticia social de la estructura tarifaria. Cuando me reuní con un grupo de empresarios locales, me comentaron que les cortan el gas y la luz a cada rato. Yo, estando en el centro del país, pago unos $ 150 de luz y otros $ 200 de gas. Si uno mira con perspectiva social, con la actual estructura tarifaria no tenemos ni luz ni gas para crecer. Insisto, respeto el fallo de la Corte, pero creo que hay que encarar una transformación tarifaria. 

-¿Cree que hay un costo fiscal y otro político con la decisión del máximo tribunal?

-El costo fiscal no será importante, por suerte, ya que se reduce a un porcentaje limitado de la población. Además, las audiencias públicas van a efectuarse pronto. El fallo introduce algunas incertidumbres muy técnicas, como por ejemplo, cómo se fija el precio de gas en boca de pozo, pero acá me parece que tenemos que ir por las grandes líneas. Insisto que necesitamos una estructura tarifaria que favorezca verdaderamente a los pobres y a las provincias del interior. Tucumán viene perdiendo oportunidades. Me contaban que (el ex gobernador José) Alperovich se patinó $ 200.000 millones en una década sólo tomando empleados públicos y no transformó la economía de esta provincia. Si no se tiene energía y, además, hay un gobierno que, en lugar de alimentar el clientelismo, no cambia la estructura económica, las provincias no tienen destino. 

-La Universidad Católica Argentina (UCA) insiste en el crecimiento de los niveles de pobreza y que las medidas adoptadas incidieron en ese escenario...

-Sigo con mucho respeto porque la UCA fue una voz en el desierto cuando el Indec mentía. Es muy gracioso escuchar al kirchnerismo hablar de ella cuando, siendo gobierno, hizo desaparecer las palabras pobreza, droga y corrupción. Y ahora las hacen aparecer de nuevo. La UCA tiene razón respecto de que muchas medidas que tuvimos que tomar ahondaron la cuestión. No teníamos remedio. Tuvimos que tomar la decisión de devaluar, de bajar las retenciones y aumentar las tarifas. Y eso genera pobreza. Pero en lugar de negar esos problemas, deben servir como un acicate para trabajar más fuerte. 

-¿Cree, como dicen los analistas, que la economía se recuperará a partir de fines de octubre?

-Soy francamente optimista. Entiendo que haya gente que no haya querido invertir con una inflación del 5% en el primer semestre. Ni en una fábrica ni en un quiosco. Ahora se ve el futuro. El Banco Central está trabajando muy bien con políticas monetarias coherentes. Habrá un plan productivo nacional a 10 años, que pronto se va a anunciar. Todo esto me hace ser optimista. 

-¿La política le puso mucho ruido a la economía, o fue a la inversa?

-La política hace ruido, pero Macri la está manejando bien. Fíjese en el Congreso. El 10 de diciembre había quienes decían que se venían estallidos sociales, que explotaba el dólar, que el Gobierno no iba a resistir los efectos del fin del cepo y que no iba a poder sacar leyes. En tres meses se sancionaron 18, con más de 180 votos. Los ruidos son naturales por la situación tan compleja que hemos recibido. 

-¿Cómo ve el peronismo?

-El peronismo se convirtió en un partido burocrático que solamente sabía aplaudir y que se callaba la boca frente a la corrupción, a la inflación, la droga y la pobreza. Eso no es un partido como sucedió aquí, en Tucumán, en el que se convirtió en una fuerza clientelista. ¿Haberse patinado $ 200.000 millones en una década es peronismo? ¿Aferrarse al reparto de bolsones en vez de recrear las condiciones para la generación de empleos? En eso se ha convertido el peronismo y ese es el peronismo kirchnerista que va en decadencia. Confiamos en que aparezca otro peronismo, con el que podamos hablar de futuro en vez de hablar de hechos de corrupción y de bolsones de comida. Desearíamos que el buen peronismo estuviera con nosotros. 

-¿Al gabinete de Macri le hacen falta peronistas?

- Hay gente con impronta peronista, como el ministro Rogelio Frigerio o el diputado Emilio Monzó. En el Congreso, hablamos con compañeros para mostrarles, desde el punto de vista de los objetivos sociales, cuál es el verdadero proyecto cercano al peronismo, que no es repartir bolsones, sino crear trabajo. 

-¿Qué diferencias o semejanzas observa entre Menem, Duhalde y Macri?

-Cada uno de ellos tiene tantos méritos como defectos. Duhalde ha tenido la valentía de jugársela para sacar el país adelante y fue un gran presidente en un año y medio de gestión. Macri también se la está jugando, porque bien podría estar viviendo en la Costa Azul, pero se jugó por el país. Eso lo muestra como un político de raza. Menem tuvo sus más y sus menos. Se animó a jugarse por el cambio de la estructura productiva y se equivocó con el impacto social de la economía. No me salen las comparaciones, pero le pondero a Macri que es un tipo coherente en lo que hace, en lo que piensa y en lo que dice. No tiene un doble lenguaje y se pone a trabajar al frente del equipo. Es un enorme placer trabajar con él. 

-¿Qué sucederá en las elecciones parlamentarias de 2017?

-Creo que vamos a llegar con una economía ordenada y que las leyes que estamos haciendo, para mejorar el perfil productivo y la situación social, van a tener efectos. En todos lados, incluso en Tucumán, vamos a llegar más asentados. Creo que haremos una gran elección. 

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